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No usar gafas de sol aumenta el riesgo de accidente por deslumbramiento

Los ópticos y optometristas advierten que el 45 por ciento de los conductores no protege habitualmente sus ojos del sol. Además, el 70% de las gafas de sol que se venden en España «no cumplen la normativa sanitaria de seguridad y calidad»

No usar gafas de sol aumenta el riesgo de accidente por deslumbramiento P. Monsalve

abc.es

El 90 por ciento de la información que se percibe al conducir llega a través de la vista. Un dato significativo al que parece que los conductores, de forma habitual, no damos la sufienciente importancia, ya que según en Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia, el 45 % de los conductores no se protege de forma habitual con gafas de sol. Un factor que hace que aumente significativamente el risgo de sufrir un accidente de tráfico.

Según Ana Belén Almaida Planes, presidenta del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia, las condiciones visuales son «determinantes para la conducción y guardan una estrecha relación con los accidentes derivados de fallos humanos y distracciones visuales».

Con la llegada del verano, los días más largos y el comienzo de las vacaciones se multiplican los desplazamientos en coche y, como consecuencia, también se incrementa el número de accidentes, «muchos de ellos debidos a problemas visuales sin corregir del propio conductor».

Almaida Planes advierte por eso que al igual que se comprueba el estado del vehículo antes de viajar se haga lo mismo con nuestra visión, sobre todo «si utilizamos corrección visual y/o superamos los 45 años de edad». Sin embargo el 46% de los automovilistas «no revisa su visión anualmente, aumentando, por tanto, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico» explica Almaida.

Peligro, deslumbramiento

Además de los factores de riesgo que más influyen en la calidad de visión de los conductores, como la edad, el estado psicofísico o las enfermedades oculares, existen otros factores concurrentes, llamados externos o ambientales, que inciden de forma directa en la visión del conductor, incrementando el riesgo de accidentes de tráfico.

Entre ellos destacan la conducción nocturna, la baja luminosidad por factores atmosféricos y el deslumbramiento . En este último caso, los haces de luz de los otros vehículos y la luz natural o radiación solar constituyen las dos principales fuentes de deslumbramiento al volante.

Almaida explica que «una fotoprotección ocular adecuada, mediante gafas de sol, puede atenuar y evitar los efectos de la radiación, que se traducen en una serie de riesgos en carretera. Situaciones como conducir con el sol de frente al anochecer y al atardecer, con los reflejos en el asfalto mojado o con los destellos de la luz del mediodía sobre el capó de otros vehículos provoca, en muchos casos, pérdida temporal de visión , incrementando el riesgo de accidentes de tráfico».

Sin embargo, las estadísticas reflejan que el 12% de los conductores nunca se pone gafas de sol, el 33% reconoce que solo lo hace en algunas ocasiones y únicamente el 55% se protege de manera habitual mientras conduce.

No todas las gafas de sol son buenas

Los conductores se encuentran más expuestos a la radiación solar que el resto de la población. El uso de gafas de sol al volante protege los ojos, en primer lugar, porque ofrecen una gran calidad visual, incrementan la sensibilidad al contraste, reducen el tiempo de adaptación a los cambios de iluminación y evitan el deslumbramiento, lo que redunda en una mayor seguridad en la conducción, argumentan desde el Colegio de Ópticos-Optometristas.

En segundo lugar, señalan que, a largo plazo, las gafas de sol evitan la aparición de patologías oculares derivadas de una exposición prolongada a las radiaciones solares dañinas, como las cataratas, el pterigión (carnosidad blanca o de color crema que aparece en la superficie ocular) o el carcinoma epidermoide de la córnea o de la conjuntiva (tumor de la superficie ocular), lo que permite mantener nuestra autonomía personal en etapas avanzadas de la vida.

Asesoramiento profesional

En los días soleados y en los momentos en los que haya cambios bruscos de luz, el Colegio afirma que las gafas de sol «son imprescindibles». Las mejores gafas de sol para conducir son las que incorporan lentes polarizadas, que reducen el deslumbramiento y facilitan la visión en ambientes muy luminosos . Los tratamientos anti-reflejantes en la superficie de las lentes, por su parte, disminuyen los reflejos, incrementado el contraste.

Pero hay que tener mucho cuidado con el lugar en el que se adquieren las gafas, ya que, según el Colegio de Ópticos-Optometristas, el 70% de las gafas de sol que se venden en España «no cumplen la normativa sanitaria de seguridad y calidad». Lo más recomendable es adquirir las gafas en un establecimiento sanitario de óptica, donde se cuenta con el asesoramiento de un profesional de la salud visual óptico-optometrista, quien, además de ofrecer una solución personalizada , garantiza que las gafas cumplen la normativa.

En el caso de que el conductor necesite gafas graduadas, el óptico-optometrista se ocupará, además, de que la graduación esté actualizada. «Acudir a revisiones visuales al menos una vez año, en lugar de esperar a la renovación del permiso de conducción, constituye una medida de prevención de accidentes», concluye Ana Belén Almaida Planes.

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