«La ruptura de la izquierda pone en peligro la derrota del bipartidismo»

Se refieren a la formación de Pablo Iglesias, al que acusan de pescar en su río revuelto. «Ha surgido un movimiento de indignación que apuesta por la ambigüedad ideológica que juega con el desencanto de la gente, pero que tiene poco que ver con la identidad de la izquierda... Esta ruptura pone en peligro la derrota del bipartidismo», señala el poeta granadino Luis García Montero , de 56 años, que reivindica «el valor de la experiencia».

Este militante comunista de primera hora, catedrático de Literatura en la Universidad de Granada, ha pasado al frente ante la situación «crítica» de IU, en plena descomposición por el avance de Podemos. «Estoy tranquilo, yo no soy un paracaidista... Todos somos ciudadanos. Los intelectuales podemos ser tan honestos o deshonestos como el resto», apunta entre citas a Garcilaso y a Machado. Su conversación es mucho más pausada y reflexiva a la que se acostumbra en la primera línea:«La ideología existe siempre, es educación sentimental», apunta.

A su lado se sienta Raquel López (Madrid, 1979), con semblante más rígido, sin poder ocultar su delicada situación:el sector crítico sigue pidiendo su cabeza a la dirección federal. Pero ella, combativa, enuncia las flaquezas de su partido. «El error ha sido acomplejarse y obsesionarse con otras fuerzas que no eran la nuestra. Hay una operación clara, impulsados por medios privados, para que la izquierda transformadora desaparezca. Por dejar una nueva socialdemocracia que conviva con un neoliberalismo amable. No lo vamos a consentir», dice, ahondando en su empeño por que la papeleta de IU permanezca indisoluble en las urnas el próximo 24 de mayo. Más ajeno a las luchas intestinas del aparato, el escritor apunta optimista un «repunte claro»en las encuestas:«Veo más ilusión fuera de los despachos que dentro. Las siglas de IU tienen una tradición. No sólo nos consolidamos, sino que subimos en el Ayuntamiento y en la Comunidad».

Los dos cabeza de lista admiten que «es lógico» que el votante progresista «esté desorientado», aunque se dicen los únicos que llevan un «programa de izquierdas, sin complejos». Dos son las señas de su identidad, afirman:el empleo con «un salario decente» –que no cifran– y la defensa de los servicios públicos. Madrid, lamentan, «ha sido el laboratorio de España de todas las políticas neoliberales del PP para la privatización» y ahora vive una «situación de emergencia social». Ofrecen cifras:«Desde 2009 se han despedido a 10.000 personas en Sanidad y 7.500 en Educación», denuncian, confiados en que la fuerza de las mareas ciudadanas cambie el rumbo a una nueva tapa sin mayorías conservadoras en España. Y aquí el literato vuelve a tirar de la épica y pinta su imagen de Madrid:«No es cortesana, burocrática y tradicionalista como se quiere vender. Es una de las ciudades con más coraje cívico de España», enuncia.

La lucha tajante contra la corrupción es otra de sus banderas: «Se puede ser de derechas sin robar y se puede ser de izquierdas sin robar», dice el poeta de IU, que apuesta por crear una oficina contra la corrupción y dotar a la Fiscalía de todos los medios para combatirla «desde la independencia absoluta». Ella introduce la cuña feminista en su discurso:«Siempre hemos sido un ejército de mano de obra barata». Aunque prioriza la lucha contra el hambre infantil:«Lo primero que hay que hacer es redistribuir las becas de comedor y abrir los colegios mientras haya necesidad» , apunta la candidata.