Pederasta de Ciudad Lineal
José Cabrera: «Al pederasta es muy difícil pillarle»
El psiquiatra forense subraya la necesidad de no perder de vista a las niñas ni un instante. «Lo siento, pero es la única garantía que tenemos»
m.a.
La Policía rastrea las imágenes de las cámaras de tráfico situadas en la ruta que siguió el pederasta de Ciudad Lineal que volvió a raptar a una niña el pasado viernes en un parque infantil del distrito de Hortaleza al tiempo que los agentes de Análisis de Conducta trazan su perfil ... como el de un hombre de unos 35-40 años, español, soltero o separado y con conocimientos sobre criminología. No se escatiman esfuerzos, pero las fuerzas de seguridad se enfrentan a una ardua tarea. «Al pederasta es muy difícil pillarle», afirma el psiquiatra forense José Cabrera , entrevistado esta mañana en la Cope. [Escucha la entrevista a José Cabrera en La Mañana de Cope de Ángel Expósito]
Aunque existan testimonios sobre los hechos, lo cierto es que «los testigos cuando van a juicio a declarar casi nunca coinciden, por eso es tan importante la prueba biológica, una grabación...», se lamenta el experto que define al pederasta como «un sujeto anómalo », aunque responsable de sus actos, y « compulsivo », que «necesita de forma impulsiva el abuso sexual y se arriesga». Prueba de ello es la temeridad mostrada en el último caso, agrediendo a la pequeña de 7 años en el coche y en pleno descampado, sin llevarla a ningún piso y sin ducharla a continuación como en otras ocasiones.
En su caso, Cabrera no ve esa especie de narcisismo que buscan algunos delincuentes porque «no está en el mundo de pederastia, un mundo muy oculto, muy solitario ».
«No está luchando contra la policía para hacerse famoso», considera.
El psiquiatra forense ve con preocupación la psicosis y la rabia de los vecinos del barrio madrileño donde se han producido los abusos de este pederasta. «Si un día de estos alguien grita: "¡es él!" podría haber un linchamiento », advierte.
Ni un instante sin visualizarlas
A su juicio, «la única garantía» para proteger a una niña de esta edad es «estar con los ojos clavados » en ella en todo momento. «No puede dejar de ser visualizada directamente por sus cuidadores ni un instante porque en un instante desaparece», subraya.
Por su experiencia con niñas que han pasado por esta terrible experiencia, cuando años después recuerdan estos hechos «afortunamente queda muy poco» . Hasta los 6 o 7 años, prácticamente «tenemos una nebulosa» y apenas se recuerdan cosas. Algo positivo tanto para la pequeña que apareció en un descampado entre La Peineta, la M-40 y la A-2 una hora después de ser raptada el viernes en el parque de la calle de Torquemada como para las otras dos niñas a las que agredió en abril y en junio. « Con 10 años podría quedar con trauma grave », apunta Cabrera.
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