Una «ola mágica» para iluminar el Canal

La idea de sacar electricidad del movimiento puede parecer vieja y ya inventada. Sin embargo, las peculiaridades de este proyecto han convertido a la región en el primer lugar del mundo en beneficiarse de este sistema. Para empezar, las microturbinas están en contacto directo con el agua potable sin alterar sus propiedades ni contaminarla. De hecho las que son compactas y sumergibles –otra de sus singularidades– no necesitan aceites ni elementos que perturben la calidad del agua. Se refrigeran sólo con el líquido elemento.

Su funcionamiento es sencillo. Se trata de unos cilindros de tamaño reducido compuestos de una turbina y un turbogenerador en su interior. Al atravesar el agua con la presión correspondiente se produce el movimiento de la turbina y se genera electricidad. «A simple vista, pasan desapercibidas sino fuera porque los tubos en los que se encuentran van pintados de rojo por normativa eléctrica», explica a ABC, Fernando Arlandis, subdirector de Estudios del Canal. Además, apenas requieren espacio para «su correcta instalación». Tal es así, que en las instalaciones de Majadahonda, donde se puso hace tres años la primera como proyecto piloto, se acaban de instalar otras dos. Todo ello sin reformar apenas el emplazamiento que comparten, una sala a la que llega el colector que abastece a dos grandes depósitos de agua.

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