Juan en camino

Es verdad que hay muchos católicos que son de la secreta, que son de boquilla (no son practicantes), que creen en Dios y no en la iglesia (como si se pudieran separar ambos), que son practicantes de cofradía y semana santa, etc. Hay muchas maneras de vivir esas creencias, algunas más ortodoxas que otras. Pero para mucha gente sus creencias religiosas son importantes porque suponen una manera de dar sentido a la vida y a las relaciones con los demás. Por eso (salvo que atenten contra los derechos humanos) deben ser respetadas.

Digo esto porque acabo de leer el último libro de poemas de Juan Sánchez titulado «Hombre en camino». La teología judeocristiana insiste en que el hombre es un homo viator, es decir, un hombre en camino, que sale de Dios y a Dios regresa, pues es el alfa y la omega. Desde la fe tiene un sentido el caminar, las dudas del camino y la esperanza de llegar a una meta en la otra vida. La vida en realidad es una peregrinación. No se hace camino al andar (a pesar de Machado) sino que se sigue un camino.

Juan Sánchez, actual director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, es un hombre de fe. Nunca ha disimulado sus creencias. Y ahora, con este libro, nos cuenta su vida de fe a través de las diferentes experiencias que ha vivido en el camino de su vida: su bautismo, el alejamiento de Dios, las dudas, la experiencia del dolor, la apasionante aventura de la adopción, la dura vivencia de la adolescencia de los hijos, la ilusión por el amor matrimonial, etc. Su libro es un testimonio de fe no campo a través, sino desde el seno de la Iglesia, donde vive esas creencias.

Los poemas del libro, que a veces se acercan al territorio de la prosa, van cargados con la autenticidad de contar la vida como el autor la vive y la siente. Somos muchos los que consideramos que Jesucristo es nuestro modelo de vida y de moral. Esto es algo positivo para la sociedad, porque se trata de un compromiso con valores (como el amor y el perdón) que revierten en un beneficio para la sociedad (en la que cada vez aflora más el individualismo, el egoísmo, la corrupción, etc). El valor literario de este libro queda eclipsado por la impresionante fuerza moral de la experiencia de fe del autor. Lo que ha escrito Juan no es un libro, sino que nos ha dejado su corazón abierto de par en par. Es un ejemplo que ilumina el camino que debe recorrer cada persona.