¿Es posible no ser hortera en San Valentín?
Más allá de las edulcoradas baratijas que copan los escaparates de la capital, Malasaña acoge una pop-up shop para regalar calidad y originalidad
L. FARRACES /C. MÍNGUEZ
Cada 14 de febrero , alguien bate todos los récords en cuanto a hortera o cursi se refiere. Las fórmulas para conseguirlo son variadas, desde serenatas hasta camisetas personalizadas con la foto de la pareja de turno, pasando por peluches con una desmedida densidad ... de corazones por centímetro cuadrado. Sin embargo, el síndrome del San Valentín puede superarse si uno es capaz de ir un poco más allá del bazar de la esquina.
En el barrio de Malasaña , la tienda Sirius acoge una efímera pop-up shop montada especialmente para el día de los enamorados. Allí, Tania y Dusan, los fundadores del establecimiento, han reunido artículos de hasta 22 artesanos -la mayoría madrileños- creados especialmente para la cita. «Esa es la diferencia que, más allá de la producción industrial, estos que creadores han puesto mucho amor en estos artículos», señalan desde Scena , que participa en la organización del evento.
Los regalos que propone la Pop-up Lovers van, desde bisutería realizada a partir de películas de Super-8, hasta ramos de flores de fieltro. La mayoría de los artículos son, además, personalizables. Al tratarse de artesanías locales, el cliente puede encargar variaciones en el diseño de los mismos para adaptarlos a su pareja.
Las cámaras de ABC visitaron la Pop-up Lovers de Sirius para recoger las ideas de estos 22 artistas madrileños de cara al próximo viernes. El resultado puede verse en el vídeo que acompaña a la noticia.
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