Actuaciones «gigantes» en las pistas de la Fuente de la Niña

El viernes comenzaba puntual a las 19.00 horas la primera edición del Gigante y no lo hacía con el mejor pie: la polémica decisión de la organización de cobrar por salir y entrar del recinto hasta la 1 de la madrugada no sentaba bien en las redes sociales y las primeras críticas se hacían notar. Además el hecho de que coincidieran los horarios del «escenario gigante» (el principal) con el «escenario Guadalajara» fue criticado por por otros tantos, incluidos algunos grupos. Sin embargo la música pareció amansar a las «bestias» y los acordes de Mucho, Maryland y los sobaos que los cabanilleros The Sportings arrojaron al público fueron haciendo entrar en calor a los presentes, que no terminaban de llenar la primera mitad de las pistas de la Fuente de la Niña. León Benavente y Thomb marcaban el punto de inflexión a las 21.30 horas, abriendo boca para la llegada de Niños Mutantes , quienes dieron un recital de fuerza. Y no sería la última vez que el público alcarreño disfrutaría a los granadinos: Sidonie invitaba a los mutantes a subirse a las tablas en uno de los mejores conciertos del festival, tras corear temas como «Infierno» o «Fascinado». Para cerrar, Layabouts recargarían de fuerza a los rezagados que quedaron hasta últimas horas y Eme Dj pondría el punto final a la jornada del viernes.

El viernes conseguía dejar buen sabor de boca, aunque el plato fuerte estaba reservado para el sábado. Lucía Scansetti en el escenario principal y Tourmalet en el escenario Guadalajara abrían la noche, en la que ya se notaba más afluencia de público que en la velada anterior. Elefantes se mostraban entregados al público, pidiendo la participación de los asistentes para corear sus éxitos. Pero fue Kiko Veneno quien consiguió hacer entrar en ambiente a las 3.000 personas que estuvieron presentes en la Fuente de la Niña. «Echo de menos», «Joselito» o «En un mercedes blanco» fueron coreados por el público, entre los que se encontraban muchos asistentes no asiduos a los festivales pero si a la energía de 40 años sobre los escenarios que desprende el catalán.

Cambio de tercio con Izal , que se mostraban encantados de tocar en el Gigante, que calificaban de «festivalón». Los huecos se iban llenando al ritmo que los madrileños iban tirando de su repertorio más conocido. «Qué bien», «Magia y efectos especiales» calentaban el ambiente para llegar a «Pánico práctico» y acabar con «La mujer de verde». Los siguientes, Lori Meyers , congregaron al mayor grueso de público de toda la noche, a pesar de que no desprendieron la fuerza de otros conciertos. Y Dinero , el grupo reservado para el final de la música en directo y muy querido por la audiencia alcarreña, puso el broche oro a dos jornadas intensas. Para los últimos que quedaron en pie, Superframe Vdj dio los últimos momentos de fiesta de un festival que pasa con notable alto la nota de corte y por el que las redes sociales ya claman la repetición para años venideros.