El parricida se mostró «frío» cuando los agentes descubrieron los dos cadáveres

Fuentes cercanas a la investigación consultadas por ABC confirmaron que, a su llegada a la vivienda donde se produjo el doble parricidio, el padre mostró una actitud «fría» y tranquila, y un comportamiento que apunta a un alto nivel de premeditación en el crimen. David O. R. estaba encerrado en el baño, con unas heridas que se infligió después de atacar a las menores y que no revistieron gravedad. Las mismas fuentes revelan que el acusado no pasó por la unidad de psiquiatría y que tras recibir atención médica en el hospital de Montecelo fue trasladado directamente a los calabozos.

La conmoción que la muerte de las dos hermanas produjo en las localidades de Cuntis y Caldas, muy próximas al lugar de los hechos, provocó que en las inmediaciones del edificio judicial se congregasen ayer decenas de personas que esperaron la llegada de David O. R. para increparlo e incluso para arrojarle botellas de agua. El acusado, que fue desplazado en un vehículo sin rotular, se resistió a abandonar el coche policial y obligó a los agentes a sacarlo por la fuerza dejándose incluso el calzado por el camino .

La tensión derivada de su llegada culminó en una gran algarabía que al grito de «asesino» marcó la entrada a cara descubierta del supuesto parricida en los juzgados. A su salida, cuatro horas más tarde, el detenido se cubrió el rostro con una capucha. Fuentes judiciales indicaron que la comparecencia del acusado ante la autoridad judicial se dilató porque solicitó una audiencia reservada con su abogado , que se negó a hacer declaraciones a la salida del juzgado.

Paralelamente al paso ante la juez del acusado por el violento crimen de Moraña concluía la autopsia de las dos fallecidas , cuyos resultados no han transcendido. La familia, muy afectada por la pérdida de las menores, ha decidido no celebrar velatorio y despedirá a las hermanas en una ceremonia de incineración que tendrá lugar en la más absoluta intimidad , tal y como confirmaron fuentes de la funeraria.

La consternación derivada de la noticia de la muerte de las dos niñas mantiene las banderas de la pequeña localidad de Moraña a media asta y a sus vecinos conmocionados por el crimen. Según la versión de algunos de ellos, la relación entre los padres de las fallecidas era muy mala desde su separación, que se remonta unos dos años en el tiempo. Ambos, muy conocidos en la zona, tenían la custodia compartida de la pequeñas , que fueron vistas la misma mañana del crimen paseando con su padre por el pueblo. Después —narran los habitantes de O Casal— el padre «subió mucho el volumen de la música» , una actitud frecuente que le había generado numerosos problemas con sus vecinos más próximos, cansados, explican, «de sus entradas, sus salidas y sus alborotos».

Por el momento se desconocen las causas del violento crimen, aunque la venganza contra la madre es una de las principales líneas de investigación que manejan los encargados de las pesquisas. Con el móvil aún por aclarar y ante la negativa del acusado a responder a las preguntas de la juez, el fiscal del caso abrió la puerta ayer a solicitar la prisión permanente revisable para el encarcelado por dos delitos de asesinato a menores de 16 años. En este sentido, el representante del Ministerio Público apeló a la reforma del nuevo Código Penal y avanzó que el de Moraña podría ser el primer caso con esta pena tras la modificación del pasado 1 de julio .