Los diez retos de Tino Fernández

No obstante, los nuevos inquilinos de la Plaza de Pontevedra no podrán, ni siquiera después de esta extenuante semana, tomarse una tregua: el Deportivo de LaCoruña tiene todavía muchos problemas que solucionar.

Hacienda es, con 100 millones de euros sobre los 160 de deuda total, el mayor acreedor del club. Aun así, no se ha llegado a ningún acuerdo con el fisco, que tiene la potestad de ejecutar embargos. Pactar los plazos de pago y los intereses será, como ya anunció el propio Tino Fernández, la prioridad absoluta del nuevo Consejo. El futuro del Deportivo, de no llegar a un trato, pendería de un hilo.

La vuelta a la Primera División es un objetivo innegociable no solo para regalarles a los aficionados una alegría en un año tan complicado para el club, sino porque a nivel económico, las diferencias de ingresos de una a otra categoría son estratosféricas.

Una de las últimas acciones de Augusto César Lendoiro al frente del Deportivo fue llegar a un acuerdo con la banca acreedora (principalmente Novagalicia y el Banco Gallego), que está esperando ser firmado por los nuevos gestores del Deportivo.

El 10 de enero, la Junta de Acreedores aprobó un convenio, propuesto por Lendoiro, que establecía la devolución de la enorme deuda en 17 años, con una carencia de dos y una quita del 33 por ciento.

Durante las elecciones del pasado martes, Lendoiro y Fernández escenificaron un traspaso de poderes sereno que no muchos hubiesen esperado. El nuevo presidente deberá conservar los aspectos positivos del anterior, saber qué apartados del club deberá dejar como están y, sobre todo, ganarse a aquellos sectores de la afición que, hasta el final, le fueron fieles a «O Líder».

Un equipo de fútbol no puede permitirse desperdiciar el talento de sus jóvenes, que puede convertirse en una fuente de éxitos deportivos y de ingresos económicos.

Quizá el aspecto en el que más incidió Fernández a lo largo de la campaña electoral fue en recuperar las buenas relaciones con representantes, instituciones y equipos de fútbol, un capital que fue dilapidado en los últimos años del lendoirismo.

Lendoiro no guardó nunca buena sintonía con ninguno de los alcaldes de La Coruña. El nuevo Consejo debe forjar sinergias entre dos de las grandes instituciones de la ciudad, algo en lo que pueden jugar un papel esencial las buenas relaciones de Fernández con el segundo de a bordo en María Pita, Julio Flores, con quien comparte trayectoria en el mundo del baloncesto.

Fernández dijo hace dos meses a ABC que uno de sus principales retos era lavarle la cara a la página web del club, un gran escaparate y que permanece casi igual desde hace una década.

«Hay que buscar dinero por tierra, mar y aire», dice con frecuencia el nuevo presidente. Conseguirlo será clave para el futuro.