21-0, un año después

Pasado un año de los comicios autonómicos, los indicadores económicos no solo invitan al optimismo, sino que hacen creíble que Galicia sea guía en la salida de la recesión

21-0, un año después miguel muñiz

E. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA

21/10/2013
Actualizado a las 16:28h.

Octubre de 2012 y Galicia incrementa un 3,25% el número de parados hasta las 267.812 personas; hoy, doce meses más tarde, el acumulado se sitúa en 260.733, 7.079 desempleados menos . Hace ahora un año el Índice de Producción ... Industrial acumulaba meses de bajadas intensas; actualmente la Comunidad gallega puede presumir de ser la segunda autonomía donde más crece este indicador . La misma posición ocupa en la tabla la evolución de sus exportaciones (el incremento, del 15,7%, duplica a la media estatal ). En términos de PIB ya despuntaba el pasado año encabezando posiciones, una marca que espera repetir a finales de 2013 y cuyas previsiones de cara al próximo ejercicio no son poco optimistas . El objetivo es mantener el diferencial positivo de una décima con respecto a la media nacional (establecida en el 0,7%) y crecer un 0,8.

Son los datos y nos las palabras las que hacen creíble la aventajada posición de Galicia, que ha servido de guía en el prólogo de salida de la crisis , para liderar el crecimiento económico de España en los próximos años.

Desde hace tres años Galicia cumple a rajatabla las exigencias de déficit y como contrapartida se ha ganado el segundo puesto en cuanto al acumulado desde 2009, todo ello sin renunciar a un incremento progresivo de las partidas destinadas a gasto social; siete de cada diez euros se destinarán a este capítulo el próximo año . La Comunidad se apretó con tiempo el cinturón , y pese a que los niveles de endeudamiento siguen creciendo, lo hacen un 2,2 por ciento por debajo de la media. Una posición claramente holgada en comparación con otras autonomías a las que el antídoto contra la recesión económica llegaba con meses de retraso.

Muchos fueron los cambios implementados por Alberto Núñez Feijóo a su llegada a la Xunta en 2009. La Administración autonómica era sometida a un severo adelgazamiento , desde las consellerías y la administración paralela, hasta los sueldos de conselleiros, secretarios y directores, pasando por las cuentas públicas. Atrás quedaron los cerca de 12.000 millones de euros sobre los que trabajó el bipartito en 2008; el techo de gasto limita a 8.391 millones de euros las partidas para 2014 .

21 de octubre de 2012. Los gallegos llevaban los números a la práctica y volvían a depositar las riendas del gobierno en el PP y lo hacían ante un PSOE hundido , que perdía a siete de sus 25 diputados de 2009. Si bien la crisis se dejaba notar con más fuerza que nunca, Feijóo —a quien se reconoce como «aún mejor gestor que político»— vencía al malestar social y con mayoría absoluta (pasando de 38 diputados a 41). El BNG tocaba suelo con cinco parlamentarios menos en el grupo y quedaba relegado a cuarta fuerza política. Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalición entre los nacionalistas de Beiras y la Esquerda Unida de Yolanda Díaz, irrumpía en O Hórreo amenazando con un mensaje cuyos ecos resuenan doce meses después: «¡Hay que pararlos!». En ellas están, aunque sea a golpe de puñetazo.

Renovación Vs. confianza

Y mientras los populares sumaban fuerzas en torno a Feijóo, empezaba la regeneración en las filas nacionalistas y socialistas. El pasado mes de marzo Xavier Vence recogía el testigo como nuevo portavoz del BNG , apelando al «soberanismo como única vía para salir de la crisis». Hace apenas un mes, la militancia socialista elegía a José Ramón Gómez Besteiro como nuevo patrón de barco. Cambios y más cambios que contrastan con la estabilidad de un Gobierno y de unas cuentas públicas que, desde hace cinco años, dirige un Feijóo que no tiene pensado abandonar el timón hasta, por lo menos, 2016.