La huella invisible de la silicosis

Los canteros gallegos están expuestos al polvo del granito y la pizarra, minerales con alto contenido en sílice, que inhalado en grandes cantidades puede dañar los pulmones

La huella invisible de la silicosis ABC

L. REY

Rondaban los años 50. El carbón servía de materia prima en plena ebullición energética en Europa. El despegue de la época industrial favorecía la minería en Alemania, Francia o Inglaterra. Países en los que, con el paso de los años, aparecía, por primera vez, la ... silicosis . La silicosis es una enfermedad producida por la inhalación de polvo con contenido en sílice. En sus primeros estadios no se detecta, no presenta síntomas . Tampoco existe un tratamiento para curarla, aunque sí se puede prevenir. Es, por tanto, una patología activa, evitable, pero no tratable .

Pero la silicosis no solo afectó a estos países. En España, las explotaciones de carbón se concentraron en Galicia, Asturias, León y Palencia , principalmente. Las medidas de prevención se centraron en este tipo de minería y «la silicosis de estos trabajadores fue controlándose y desapareciendo», relata Cristina Martínez, médico neumólogo del Instituto Nacional de Silicosis. Pero l a explotación de este mineral fue menguando , un segmento estratégico que sufrió una reconversión, y como consecuencia, se cerraron la mayoría de las minas.

Al tiempo, crecían otros segmentos industriales ignorando que, sin esas mismas medidas preventivas, aparecería, de nuevo, el fantasma de la silicosis . En la Comunidad gallega hay rocas que tienen mucho contenido en sílice, en concreto el granito y la pizarra, dos de las piedras ornamentales que se explotan en la región. «Empezamos a encontrarnos con el desarrollo de silicosis en sectores industriales como las explotaciones de granito y pizarra», apunta Martínez.

Aumento de los casos

«En Galicia hicimos estudios en Pontevedra , concretamente en O Porriño, y en la zona de pizarra de Orense . Lo que pusimos de manifiesto y detectamos es que había un porcentaje alto —en torno al 14 por ciento— de trabajadores que se creían sanos, y que cuando se revisaban, tenían silicosis», prosigue la especialista. Hasta el pasado año, el número de afectados por la neumoconiosis —nombre genérico que reciben todas las silicosis— aumentaba de manera alarmante.

En 2008 fueron 34 los casos detectados, cifra que se elevó hasta los 40 en 2009. Un año más tarde continuó ascendiendo hasta llegar a los 61 diagnosticados. En 2011, los enfermos de silicosis en Galicia eran ya 90. Si bien, el pasado ejercicio la cuantía se reducía hasta los 65.

Hablan los afectados

Serafín Ramilo es uno de ellos. A sus 46 años está incapacitado para trabajar en el sector de la piedra ornamental, y desde 2011 busca trabajo en otro campo que le permita cuidar sus pulmones. «Es un mazazo. No sabes que hacer de tu vida después de 26 años trabajando» , confiesa Ramilo. Aunque esta enfermedad es indetectable en su fase más temprana, el porriñés notaba algunos síntomas, allá por 2005. «Me sentía muy cansado al final del día, no podía dormir y sabía que algo no iba bien», relata.

Desde entonces, vive pendiente de sus pulmones . Cuidadosamente se preocupa de que no le afecten los cambios de temperatura. Hace un tiempo sufrió un buen susto. «Cogí una pulmonía muy fuerte, estuve ingresado una semana y no me recuperaba. Con los pulmones afectados es más difícil curarte de otras enfermedades».

Lo ideal, a sus ojos, sería que existiesen unidades médicas especializadas en esta enfermedad para que las personas que trabajan explotando el granito o la pizarra pudiesen revisarse periódicamente y prevenir el avance silencioso de esta patología.

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