Testimonios del accidente de Santiago: «Solo veía pasajeros con maletas encima; estaban fatal»
El nerviosismo se extendió entre los familiares de los pasajeros cuyas llamadas al móvil no eran atendidas
Testimonios del accidente de Santiago: «Solo veía pasajeros con maletas encima; estaban fatal»
Nada más producirse el accidente ferroviario, el panorama era dantesco a tres kilómetros de la estación de tren de Santiago de Compostela. Los heridos que habían podido sobrevivir a la tragedia recibían la ayuda de los vecinos de la zona, que bajaron desde las viviendas ... cercanas con mantas para tapar a los heridos. Los cadáveres permanecían en el suelo esparcidos por la zona donde se produjo el accidente.
Los supervivientes recordaban los momentos previos a la tragedia, como el joven Guillermo, de 16 años, que viajaba en el vagon número nueve. «Venía de Madrid escuchando música con los cascos puestos y, de repente, noté una vibración. Lo siguiente que recuerdo es que estaba en el suelo», comentó a ABC, mientras esperaba que sus familiares, que iban a recogerlo en la estación de Santiago de Compostela, se desplazaran al lugar donde quedó tras la tragedia.
Guillermo lamentó que no pudiera hacer nada «por una señora que me pedía ayuda, pero yo tenía que salir como podía». A su alrededor solo veía «pasajeros con maletas encima; estaban fatal». El joven solo sangraba y a su alrededor una columna de fuego era la señal más dramática de la tragedia.
«Estruendo tremendo»
Los vecinos de la zona, como Nieves , escucharon «un estruendo tremendo a las nueve menos cuarto de la noche, como si fuera una bomba» y rápidamente bajaron de sus casas para atender a los heridos con mantas. Una auxiliar de enfermería, residente en uno de los bloques cercanos, pensó «que se había caído el puente».
Mercedes , otra vecina, llegó a ver hasta tres cadáveres en la carretera, que habían salido despedidos cuando el tren descarriló. Esta gallega auxilió a uno de los heridos y lo acompañó hasta que fue recogido por su hermano y llegó a comentarle que «el tren iba muy rápido». Esta misma vecina de la zona fue una de las que avisó a los servicios de urgencia para informarles del accidente, que en un primer momento no dieron credibilidad a su versión y le preguntaron «si era una broma».
Una de las pasajeras más conmocionada por el accidente era María José, una española residente en París que viajaba a Galicia para disfrutar de las fiestas del Apostol Santiago. Cada año se desplaza a la capital gallega y ayer fue su viaje más triste.
El nerviosismo se apoderó de la zona y la Policía acordonó rápidamente el lugar donde permanecían los fallecidos y los heridos. Los vagones continuaban ardiendo. Uno de ellos salió despedido y saltó la valla que rodea a la vía, quedando volcado en la carretera. Sobre el andén quedaron el tren locomotora con dos vagones y tras un amplio hueco, el resto de vagones apilados unos sobre otros a lo largo de la vía. En la estación de destino, los familiares de los pasajeros se encontraban en un estado de ansiedad, ya que llamaban a sus familiares y amigos por el teléfono móvil, y éstos no les atendían.
Una vez que comenzaron a confirmarse las identidades de los fallecidos, las redes sociales fueron una de las herramientas que utilizaron padres, amigos y hermanos para dar a conocer el fallecimiento de sus familiares. Los mensajes empezaron a inundar Facebook, y, entre ellos, se encontraba el desolado y sucinto testimonio del padre de una de las víctimas del descarrilamiento del tren: «Mi hijo ha muerto», escribía Tomás López Lámas .
Una de las primeras autoridades en llegar a la zona del accidente fue el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez , que reconoció que los trabajos para rescatar a las víctimas estaban siendo «muy difíciles y complicados». Los primeros datos que aportó el representante gubernamental fue que «el descarrilamiento fue muy violento», aunque en estos primeros momentos no se quisieron barajar hipótesis sobre las causas del mismo. Ante la posibilidad de que pudiera tratarse de un atentado, como así le preguntaron los medios de comunicación presentes en la zona, Samuel Juárez afirmó que «no hay indicios que nos hagan pensar en un elemento externo».
Junto a Juárez también se desplazaron a la zona el alcalde de Santiago de Compostela, Ángel Currás , que anunció que han quedado suspendidos todos los actos festivos en honor del Apostol Santiago.
Triste silencio
A las once y cuarto de la noche todos los heridos ya habían sido evacuados de la zona, los fallecidos introducidos en los coches fúnebres y los vecinos que habían auxiliado a los afectados se retiraron, al iniciarse la investigación judicial sobre las posibles causas del siniestro.
Los gritos y el desconcierto de los primeros momentos dieron paso a un triste silencio, como así lo narraban a ABC los testigos del accidente.
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