Claves para entender la reducción de escaños

El Ejecutivo autonómico avanzó su idea de aminorar el número de escaños en el mes de julio, entre las críticas de la oposición, entonces compuesta por PSdeG y BNG. El anticipo de los comicios al 21-O obligó a posponerlo, pero el PP aprovechó para incluirlo en el programa electoral al que los gallegos respaldaron mayoritariamente. Ahora, argumentan que esta es la prueba de que la ciudadanía avala la reforma.

El Parlamento gallego cuenta a día de hoy con 75 diputados, aunque el artículo 11 del Estatuto de Autonomía ya fijó en su momento una horquilla de entre 60 y 80 miembros, dentro de la que se encuentra la propuesta popular de 61. De hecho, en las primeras legislaturas, el techo se situó en 71. No obstante, y aunque 61 es el objetivo a priori, en la misiva enviada ayer por Puy no se alude en ningún momento a esa cifra, sino al mencionado intervalo.

Si por algo se caracterizó Feijóo en la anterior legislatura fue por su voluntad de desinflar la Administración y adecuar su coste. Tras reducir gastos en el Ejecutivo, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, señala que el ahorro en el legislativo sería de cinco millones de euros por legislatura. Eso se sumaría a varias bajadas de sueldo y a la eficiente gestión desplegada por Pilar Rojo al frente del Parlamento, que ha permitido por ejemplo devolver al Gobierno regional 5,7 millones de euros de remanentes de ejercicios presupuestarios pasados que podrán ser empleados para políticas sociales

Al margen del objetivo de economizar, Puy afirma que la medida «es un mensaje a la ciudadanía de que estamos a favor de reducir el gasto en la estructura político-administrativa, del mismo modo que muchas empresas por culpa de la crisis están reduciendo su gasto». Entiende que va en línea de lo reclamado en distintas protestas sociales y que «supone hacer un esfuerzo porque un número de diputados menor va a exigir una mayor dedicación».

Entre los argumentos esgrimidos por la oposición está que la reducción de escaños es una «táctica» del PP, que se beneficiaría electoralmente, repiten. Sin embargo, un cálculo sencillo de cada uno de los resultados desde 1981 evidencia que no es así. Tanto los gobiernos de derecha como los del bipartito entre socialistas y nacionalistas se habrían mantenido también con 61 diputados. Por citar un ejemplo: el pasado octubre el PP habría obtenido 33 diputados en lugar de 33 (-8), PSdeG 14 y no 18 (-4), AGE 8 y no 9 (-1) y el Bloque se habría quedado con 6 y no 7 (-1).

Aunque desde la Xunta y el Partido Popular se ha tardado en desvelar cuándo se retomaría esta reforma de la ley electoral gallega, era casi un secreto a voces que se haría en los primeros compases de la legislatura, de modo que se evite un debate electoralista. Feijóo lleva al Parlamento esta discusión muy lejos de las próxima llamada a las urnas de los gallegos a nivel regional.

El PSdeG no quiere reducción y lo califica de «tic totalitario y táctica» del PP. Así lo expuso ayer su portavoz en O Hórreo, Abel Losada, quien propone reducir la masa salarial de la Cámara. Incluso mostró sorpresa por la devolución de los 5,7 millones mencionados.

Tampoco AGE y el BNG secundan la medida. Xabier Ron, diputado de los primeros, afirma que en cambio sí están «a favor del diálogo de una proporcionalidad más justa» para que los votos de las cuatro provincias se traduzcan en idéntico valor. El Bloque, por su parte, no tardó en avanzar ayer que rechazan la propuesta de consenso del PP y que ni siquiera se sentarán en la reunión con el resto de portavoces.

El PP quiere introducir nuevos asuntos en la discusión, tal y como recoge la carta de Puy. La regulación de los debates electorales —para evitar negociaciones farragosas como las del pasado 21-O— o aspectos sobre la transparencia de las campañas y los gastos que acarrean son dos de ellos.

Galicia no es la única Comunidad que plantea disminuir el número de políticos en sus legislativos. El presidente madrileño, Ignacio González, expuso hace algunos días idéntica intención en la Asamblea de Madrid, donde quiere incluir además una variante para que 43 diputados sean elegidos de forma directa en las urnas a través de circunscripciones. En Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal apuesta en cambio por suprimir la dedicación exclusiva y el salario fijo de los diputados.