Independentismo «versus» federalismo
Un reciente debate en el Ateneu Barcelonès demostró las diferencias y similitudes de estas dos opciones políticas
gabriela comella
ESTOS «ismos» se han convertido en unos términos populares por el contexto actual. Algunos han optado por enfrentarlos, otros los compatibilizan y esta ambigüedad impide conocer su aplicación real y viabilidad política. El único punto en común que presentan es su causa: el fracaso ... de la integración de Cataluña en España.
El Ateneu Barcelonès acogió recientemente un debate sobre estas dos opciones políticas. Héctor López Bofill, profesor de Derecho Constitucional de la UPF y cabeza de lista de Solidaritat en Tarragona, representa la vertiente independentista que se encuentra amenazada por su inconstitucionalidad. En la otra cara de la moneda, Antonio Comín, profesor de Ciencias Sociales en ESADE y diputado del PSC, lidera la voluntad federalista que debe luchar contra la premisa de que «a cada nación le corresponde un Estado».
López Bofill defiende un independentismo donde toda comunidad nacional que haya llegado al siglo XXI de forma estructurada y con una cultura e industria propias debe disponer de un Estado independiente capaz de mantener una relación de iguales con el resto de estados europeos. Por su parte, Comín argumenta que ni el soberanismo ni el unionismo «actual y plastificado» son posiciones naturales para el territorio español, el cual dispone de un carácter plurinacional de raíz. «Es el Estado idóneo para ser federal debido a la diversidad de características históricas e identitarias que posee», pero a su vez es el proyecto «más inconcebible» por razones políticas fruto de los éxitos militares centralistas, que niegan la existencia de otras nacionalidades.
Pacto o reconocimiento
«El federalismo es un objetivo ciego». Así lo categoriza la visión secesionista, ya que aquél surge de un pacto entre comunidades y no todas ellas responden a esta necesidad. En España existen tres o cuatro realidades singulares, «el resto de ellas no sabe cómo definirse sin la centralidad de Madrid y por lo tanto un acuerdo en diferencia de condiciones es un reto imposible», afirma López Bofill. El federalismo únicamente puede funcionar si parte de su nacimiento y vocación voluntaria -como es el caso estadounidense-, «no se puede solicitar pasados doscientos años de historia», replica. Por lo contrario, el requisito indispensable que exige una independencia es el reconocimiento externo, que en el derecho internacional recibe el nombre de principio de efectividad.
Ante el interrogante de por qué este principio no ha sido aceptado por la opinión exterior, el miembro de Solidaritat responde que «el Gobierno catalán no se ha presentado oficialmente como independiente, no ha llamado a la puerta de Obama, Merkel o Xi Jinping para explicar su propuesta». Comín recuerda que ningún homólogo reconocerá la soberanía de un Estado que ha sido creado de forma ilícita, tal y como dicta la Constitución española.
López Bofill considera que la vía democrática es necesaria pero no imprescindible y recuerda que todos los independentismos existentes se han conseguido mediante la ruptura constitucional a excepción de Montenegro. Por lo tanto, el diputado de Solidaritat argumenta que en el caso de obtener la independencia de forma legítima, Cataluña encabezaría un proyecto pionero y España sería símbolo de modernidad y avance.
La falta de entendimiento de la autonomía catalana con el Estado español, añade, se ha traducido en una crisis que ha salpicado a todo el país. «Queremos ser responsables de nuestro déficit, errores y recursos», expresa el representante del independentismo. «No se trata únicamente de la causa catalana, el federalismo comprende y abastece a todo el Estado y además, en el ámbito geopolítico, un Estado federal siempre pesará más que una nueva autonomía, en fase de pruebas», concluye el diputado socialista.
Independentismo «versus» federalismo
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