Bodegas Carrascas presenta sus vinos tintos

La Torre de Reixes de Alicante fue el escenario que acogió este mes la presentación, con una cata dirigida por Ignacio de Miguel, asesor de Bodegas Carrascas y uno de los enólogos más prestigiosos del país, que estuvo acompañado por el asesor de campo José Ramón Lissarrague, considerado también uno de los principales agrónomos especializados en viñedos de España.

Ambos fueron presentados por Amelia Payá, consejera delegada de Bodegas Carrascas , quien agradeció «el trabajo y la presencia de estos dos expertos colaboradores». De este modo, todos ellos tuvieron la oportunidad de dar a conocer las dos variedades de tintos que ya están en el mercado: Carrascas Tinto y Tiento de Carrascas.

Carrascas Tinto es un vino de coupage del que destaca su luminoso color rojo cereza con ribetes morados que delatan su buena conservación. En boca tiene buena entrada, llegando al centro de la misma con recuerdos golosos, monte bajo y cacao. Elaborado a partir de cuatro variedades diferentes, tiene un ensamblaje perfecto, tanto que se ha conseguido un quinto sabor, una quinta uva, con un toque frutal y muy agradable.

Por otro lado, Tiento de Carrascas es un vino muy especial elaborado a partir de Merlot y Cabernet Sauvignon que en nariz se presenta tímido pero en la copa poco a poco se va abriendo dando paso a un complejo aroma de gran calidad con recuerdos de fruta negra de bosque, pan tostado y mineralidad. De él también destaca su elegante final y su estallido en boca, donde se presenta carnoso, con volumen y lleno de sabor.

De este modo, estas dos variedades de tintos se suman a las dos de blancos, formando todos ellos parte ya de la prestigiosa Guía Peñín, de los cuales Tiento de Carrascas, con 92 puntos, es el mejor valorado de la bodega.

Bodegas Carrascas se encuentra en la finca del mismo nombre, en el término municipal de El Bonillo, al suroeste de la provincia de Albacete, entre las comarcas de Campo de Montiel y Sierra de Alcaraz. Las combinaciones de sabores y aromas de sus vinos son posibles gracias a la localización de sus viñedos, que se sitúan a una altitud por encima de los 1.000 metros.

En esta zona los suelos son calizos y el clima continental, por lo que las grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche, y entre el verano y el invierno, favorecen largas maduraciones de la uva, aportando mayor complejidad aromática al fruto. Se trata por tanto de unos vinos que fusionan a la perfección el clima mediterráneo y el continental.

«La fusión de las nuevas tecnologías y la tradición, con el con el fin de obtener vinos con la máxima expresión de su ‘terroir’, sigue siendo una de nuestras principales apuestas», explica Amelia Payá. «Seguimos dedicándole la pasión de crear, diseñar y extraer la belleza a este ambicioso e ilusionante proyecto que, sin duda, ya está empezando a recoger grandes frutos», añade la consejera delegada de Bodegas Carrascas.