Castilla y León, tierra de museos

Uno de los centros museísticos más importantes de la Comunidad e incluso de todo el país es el Museo de la Evolución Humana, el cual nació en Burgos gracias a los descubrimientos de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca. Este fue el motivo que animó a la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Burgos y el propio equipo de investigadores de Atapuerca a construir una infraestructura moderna en la que albergar, no sólo los hallazgos arqueológicos, sino que también a las disciplinas científicas que intervienen y las interpretaciones y teorías científicos que de ellos se extraen.

El MEH no sólo ofrece un lugar desde el que analizar la presencia de los hombres en la tierra, sino que también se ha convertido en un centro divulgativo de primer orden, con un carácter innovador y atractivo para todos los públicos, algo en lo que tiene mucho que ver la arquitectura espectacular y simbólica de la que se le ha dotado al edificio.

Tal y cómo recoge la propia web del muso, el MEH nació con la vocación de ser un referente museístico y divulgativo a nivel nacional e internacional en el que se plantean los grandes temas que tienen que ver con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro como especie.

«Un espacio abierto a todos los ciudadanos para el pensamiento, diálogo y puesta en común de herramientas de análisis y propuestas de actuación en torno al arte y a su relación con la sociedad». De esta forma es como se define y entiende el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac), un centro que nació con el objetivo de ser una herramienta fundamental en la creación de sentido colectivo en torno al arte y la cultura contemporáneos.

La piedra angular del museo leonés es la «colección Musac», una exposición que alberga más de 1.650 obras de cerca de 400 artistas castellano y leoneses, españoles e incluso extranjeros. Una muestra en torno a la cual se desarrolla una profunda labor de estudio, investigación y conservación que tiene como única finalidad el preservar y difundir un patrimonio artístico que está articulado en torno a diferentes momentos y situaciones sociales, políticos, culturales y estéticos.

Pero sin duda, lo que hace diferente al Musac es su apuesta por situarse como un espacio en el que todos los ciudadanos, ya sean leoneses o venidos de fuera, puedan habitar como lugar de encuentro y representación pública en torno a la investigación, debate, análisis y disfrute del arte y la cultura contemporáneos.

Una comunidad como Castilla y León presenta varios rasgos y sectores característicos que sirven para definir a la perfección la historia de la región. Sin duda, uno de los más importantes es el sector de la minería y la siderurgia, un campo que en la actualidad no pasa por su mejor momento, pero que tiene su espacio reservado en la comunidad castellano y leonesa, concretamente en la localidad leonesa de Sabero, donde el Museo de la Siderurgia y Minería cumple la labor de «ponen en valor nuestro patrimonio y ofrezcan una visión moderna, innovadora y vital de nuestra Comunidad», tal y cómo señala la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García.

Ubicado en la antigua Ferretería de San Blas, este centro museístico nació como homenaje a «aquellos hombres y mujeres que hicieron posible la llegada a Castilla y León de la primera industria siderúrgica». Así, la primera de las cuatro áreas que componen este centro museístico está destinada a los orígenes de la siderurgia en la Comunidad, empezando por la propia ferretería. Un segundo espacio se dedica a mostrar la zona de Sabero, mientras que la tercera zona de muestra es la que se centra en explicar la llegada de la minería y la siderurgia a la zona.

Por último, el cuarto área del museo sirve de introducción a la historia de la minería en la zona. Tomando como referencia la Cuenca Minera de Sabero hace un recorrido por los acontecimientos más importantes ocurridos en los últimos años. Fotografías de la época y paneles explicativos acercan al visitante a lo que era la vida del minero, algo que se podrá conocer mucho mejor cuando finalicen las obras de una segunda fase del museo en las que la minería será la gran protagonista.

Si los tres centros museísticos señalados anteriormente tenían en común que eran temáticos, el Museo Etnográfico de Castilla y León busca convertirse en todo lo contrario, quiere ser un lugar dinámico en el que tenga cabida «el enorme y variado patrimonio de la Comunidad», siempre vinculado a la tradición, usos y costumbres de la región. Así, bajo la tutela de la Junta y de la Caja de Ahorros Provincial de Zamora en 1982 se empezaba la recogida de objetos dispersos, en su mayor parte piezas de cerámica, y daba inicio a su colección de objetos etnográficos. Una vocación inicial enfocada a la cerámica popular que pronto se vio ampliada con la presencia de los objetos de la cultura tradicional y que dio lugar a la creación del Museo en 2002.

Como muestra de esta variedad que ofrece este espacio cabe destacar las cinco plantas que tiene destinadas a la exposición permanente y en las que cada una de ellas aparece bien diferenciada del resto Así, en el sótano se sitúa la muestra «el espacio y el entorno», donde se explica el universo desde la perspectiva del ser humano. La planta baja está dedicada a la representación de la vida tradicional y recibe el nombre de «El tiempo y los ritos», Un piso más arriba se encuentra la exposición «La forma y el diseño» en la que tiene cabida todo lo relacionado con el proceso de creación estética de los objetos decorativos. La tercera está enfocada a la relación entre lo material y lo espiritual, que se recoge bajo el título «El alma y el cuerpo». Por último, la planta que está situada más alta es un monográfico sobre la relación entre el hombre y el barro y responde al título «El barro: símbolo y función»