Mansilla de las Mulas: así es la prisión donde está la asesina de Carrasco y su hija

¿Cómo es la prisión que acoge a María Montserrat González y Montserrat Triana Martínez ? El centro penitenciario Villahierro está compuesta por un total de 14 módulos, a los que se le suman una enfermería, un módulo de aislamiento, uno sociocultural y otro de ingreso. La prisión tiene una capacidad de 1.008 presos, siempre y cuando cada celda estuviera ocupada por una persona. No obstante, según el Centro de Insercción Social de León en la actualidad 1.205 reos componen su población reclusa. Se da la circunstancia de que varios de los condenados terminado allí tras ser detenidos por el padre y marido de Montserrat y Triana: el comisario de Policia Pablo Antonio Martínez. Además, se encuentran cumpliendo condena en el recinto leonés doce etarras y una veintena de presos musulmanes con tendencias yihadistas, dos de los cuales vinculados con la organización terrorista Al Qaeda.

Madre e hija , trasladadas a los módulos 10 y 7 respectivamente, permanecerán en celdas de nueve metros cuadrados que compartirán con una presa de confianza para evitar que se autolesionen. Las dos mujeres forman parte de la escasa población femenina presente en la prisión, cercana a las cien presas -no cuenta con módulo de madres-.

La prisión de Villahierro cuenta con gimnasio, escuela, taller ocupacional, peluqueria, pistas deportivas, capilla, aula de informática y de enseñanza y piscina en los distintos módulos para el uso de los reos durante el tiempo que permanecen fuera de sus celdas, que además cuentan con una pantalla de televisión individual de 32 pulgadas, según aseguran trabajadores del centro.

El día a día de las acusadas de asesinar de cuatro tiros a la presidenta de la Diputación de León seguirá el estricto régimen de horarios existente en las cárceles nacionales, que por lo general comienza a las 07:45 horas de la mañana y se extiende hasta las 20:45, después de la cena, cuando los barrotes se cierran hasta la mañana siguiente.

La prisión leonesa se convirtió en el año 2001 en la pionera a nivel nacional en la implantación del llamado «Módulo de respeto». En él, los reclusos deben hacerse cargo de una serie de responsabilidades como el mantenimiento y cuidado de los espacios físicos de su módulo o el desarrollo de las actividades que allí se realizan. A cambio, estos obtienen ciertas libertades como la posibilidad de tener sus celdas abiertas.

La finalidad de esta iniciativa es lograr un clima de convivencia y respeto entre los residentes. En la actualidad este proyecto se ha llevado a cabo en la mayoría de prisiones españolas.