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Jacques Audiard: «No hay crisis para las películas de Marvel»

El cineasta francés recibe la Espiga de Honor en la ceremonia de apertura del festival

Jacques Audiard: «No hay crisis para las películas de Marvel»

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El realizador francés Jacques Audiard , uno de los directores más prestigiosos del cine europeo contemporáneo, mantuvo este sábado un intenso encuentro con los medios instantes antes de recibir en el escenario del Teatro Calderón de Valladolid la Espiga de Honor por su trayectoria durante la gala inaugural de la 58 Semana Internacional de Cine de Valladolid. Relajado, sonriente y poniéndose y quitándose constantemente sus gafas de sol , Audiard aseguró estar «contento de estar en Valladolid», y explicó que en el proceso creativo de sus películas «el tema llega revelado por la forma».

Con algo de sorna, cuando le preguntaron si desde niño tuvo claro que quería ser director siguiendo los pasos de su padre (el prestigioso guionista Michel Audiard), recordó la respuesta que le dio a un técnico amigo de su padre cuando él tenía catorce años y éste le preguntó si sería director de mayor: «Me dedicaré al cine si fracaso en todo lo demás antes» , fue su reacción de adolescencia. No en vano, apuntó que su verdadera vocación inicial estaba en la Literatura y la docencia («como en mi casa todo el mundo hacía cine, quería hacerme el interesante», bromeó).

Ganador el pasado año del galardón al mejor director por «De óxido y hueso» , y premiado con la Espiga de Plata en la edición de 1996 por «Un héroe muy discreto» , Audiard fue contundente al detallar cómo ha evolucionado su estilo como director desde sus inicios: «No he hecho demasiadas películas como para olvidar la lección que he aprendido con cada una de ellas. Al terminar ‘Mira a los hombres caer’ , mi ópera prima, tenía clarísimo que no quería volver a dirigir. El rodaje no me gustó y lo último que quería era volver a sentarme a escribir otra película. Todo cambió tras decidir dirigir ‘Un héroe muy discreto’ , con la cual sentí una libertad increíble. En esa época era una época en la que acotaba muchísimo las escenas, sometía a los actores y les ponía en espacios muy pequeños, porque quería que todo se correspondiera exactamente con lo que yo tenía en la cabeza. A partir de mi tercera película ( ‘Lee mis labios’ , 2003) es cuando tuve la revelación opuesta, y desde entonces siempre he tenido un deseo de improvisación, y si lo que estoy rodando se parece a lo que había previsto, empiezo a preocuparme».

El papel del cine

A su lado compareció su amigo y coguionista habitual Thomas Bidegain, integrante este año del Jurado Internacional de la Sección Oficial, y Audiard le agradeció su trabajo al afirmar que necesita siempre a su lado a alguien como Thomas, con quien empezó a colaborar en ‘De latir mi corazón se ha parado’ (2005), informa Ical. «Me resulta de gran ayuda. Al principio cada jefe de departamento te proponía mil opciones de todo, y tener a alguien que te defina esas cosas hace que al final todo sea más ágil. Mis técnicos conocen el papel que desempeña Thom y han cambiado de mentalidad», recalcó el cineasta.

Por su parte, Bidegain aseguró que la gran diferencia del cine francés respecto al español y el del resto de Europa es que en Francia cuentan «desde la posguerra» con «el Centro Nacional de Cine», un bastión fundamental para el cine francés, ya que a través de él, «un tercio de la recaudación de la taquilla, nacional e internacional, se reinvierte en el cine nacional».

Además, apuntó que antes la crisis actual del cine «lo que está realmente en juego es la representación del mundo en la gran pantalla». «No hay crisis para las películas que no representan el mundo real, como las de Marvel, el problema es para las que intentan reflejar nuestro mundo a través del cine, una tarea que ejerce muchas veces el cine de autor, y que ahora está en entredicho», aseguró Bidegain.

En su encuentro con la prensa, tras ser preguntado si se consideraba el heredero de los grandes maestros del cine negro francés , Audiard fue categórico al afirmar que no considera que el ‘noir’ francés sea grande. Tras decirlo, bromeó simulando escuchar a Jean-Pierre Melville «maldecir en su tumba», para después afirmar que lo que siempre le ha gustado del cine negro francés es que era «bastante ‘menor’». «Mi opinión es que nunca ha encontrado la función sociológica que tiene que tener el cine negro, algo que sí sucede con Scorsese o con Huston, que hablan de algo concreto en sus películas», detalló.

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