política
La reválida del PSCL
El PSOE analiza hoy la situación del partido tras el pacto con la Junta en ordenación y medirá los apoyos de López y Villarrubia de cara a 2015
josé luis martín
El Partido Socialista de Castilla y León lleva mucho tiempo esperando la llegada de un mirlo blanco capaz de dar la vuelta a la hegemonía del PP en la Comunidad, pero lo que ahora le ha salido es un engendro con dos cabezas. ... Dos seres vivos diferentes atrapados en un mismo cuerpo que se golpean a la menor ocasión y que constantemente buscan elevarse el uno por encima del otro para demostrar quién manda realmente en el partido y, sobre todo, quién puede ser el candidato en 2015. Esa bicefalia, esa lucha por el poder y esa falta de sintonía entre ambos es evidente desde el mismo día en el que Julio Villarrubia fuera elegido secretario regional en abril de 2012 y Óscar López huyera a Madrid en busca de su crecimiento político, aunque, eso sí, sin renunciar a su escaño de las Cortes regionales por si las moscas. Discrepancias, tensiones e, incluso, broncas, siempre en el más estricto marco interno de la organización, que se intensificaron a partir del pasado octubre, cuando Villarrubia cerró un pacto en materia de ordenación del territorio con el propio Herrera, pero sin contar con casi nadie de su partido.
El punto más álgido de esta tensa situación tuvo lugar en el mes de marzo y lo provocó de nuevo Villarrubia, menos acostumbrado a las sutilezas y los mensajes sibilinos de López, al arremeter contra su «contrincante» en plena polémica por el desacertado pacto de Ponferrada. Aprovechó la marea política y social para poner en jaque al número tres de Ferraz, y casi lo consigue. Pero olvidó, o hasta entonces no lo sabía, que el segoviano había obtenido durante la pasada legislatura lo que casi ningún otro líder socialista de Castilla y León ha logrado hasta la fecha: hacer equipo, tanto en la Ejecutiva, como en el Grupo Parlamentario y en las provincias. La jugada que creía perfecta se volvió en su contra y sus compañeros de partido le recriminaron que se había equivocado y que, pese a su poder orgánico, el líder seguía siendo el segoviano. Villarrubia, arropado por muy pocos cargos socialistas, sufría un baño de realidad difícil de encajar con su forma de ser. Sin duda fue aquella noche del 15 de marzo, en la reunión de la Ejecutiva, cuando comenzó la fractura del PSCL y el declive de su secretario regional.
Distancia y celos
O eres de López o de Villarrubia. No hay medias tintas. Desde entonces, la relación entre ambos se distanció aún más, hasta el punto de que sus más cercanos aseguran que «apenas hablan» y que ya no hay coordinación. El portavoz no perdona, pero el secretario, tampoco. Una auténtica lucha de titanes instalada en la sede regional y que ha tenido su último capítulo, quizá el más grave, el pasado lunes durante la rueda de prensa que ofreció Villarrubia tras la Comisión Permanente .
«Sus artes de perdedor», como describe un destacado miembro del PSCL, le impidieron contar hasta diez antes de desautorizar públicamente a López y despreciar el histórico pacto con la Junta sobre ordenación del territorio. A Villarrubia, obsesionado con debilitar a López y dolido porque el Grupo Parlamentario negociara a espaldas de la Ejecutiva, que es quien debería marcar las directrices políticas, le ha dado igual que ese acuerdo se hubiera materializado en sede parlamentaria, así como que se alcanzara con el beneplácito de los secretarios provinciales.
El necesario terreno político
Mientras tanto, a nadie le ha pasado desapercibida la estrategia del segundo en discordia. El portavoz socialista en el Parlamento autonómico ya no esconde que necesita terreno político y que quiere volver a Castilla y León dada la deriva en la que se encuentra Alfredo Pérez Rubalcaba y el hecho de que, a consecuencia de ella, su puesto como secretario de Organización en la dirección federal del PSOE tiene los días contados.
En este momento, ambos quieren lo mismo: ser el candidato del PSCL a las elecciones autonómicas de 2015. Y el «quítate tú para ponerme yo» no va a ser posible. Mientras el número 3 de Ferraz trata de comer terreno a su «jefe» en Castilla y León, éste lucha por mantener su autoridad en pleno ataque de celos porque Juan Vicente Herrera ya no le quiere como interlocutor.
A pesar de esta fuerte división interna, todo hace pensar que la bicefalia va para largo. Algunos dirigentes socialistas apuestan ya por acelerar el proceso de primarias como ha ocurrido en Andalucía; otros por celebrar un congreso extraordinario y los más moderados por un acuerdo «personal» entre ambos en el que se marquen unas reglas del juego que a día de hoy no parecen estar claras.
En cualquier caso, el pacto de ordenación, fraguado entre el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez , y López constituye para el PSOE una oportunidad de volver a la palestra política, ya que deja de ser mero espectador para tener un papel más activo a la hora de marcar los «no recortes» de los servicios públicos en el mapa de Castilla y León. Una interpretación que Villarrubia no acaba de ver y que minimiza: «No existe un acuerdo y la postura la fijará el partido, no grupos ni personas». Frases demoledoras a las que, como aquel tenso 15 de marzo , hoy tendrá que volver a enfrentarse. La Ejecutiva regional, a la que volverá a sumarse esta tarde Óscar López, abordará las enmiendas parciales a la ley de Ordenación del Territorio de la Comunidad, pero sobre todo será un «test de estrés» a Villarrubia, que difícilmente superará.
La mayoría de sus miembros apoyan la decisión de López de llegar a este pacto con la Junta y no entienden la salida de pata de banco del secretario y, aún menos, sus formas. Un nuevo examen que si Villarrubia no supera, lo tendrá difícil para mantenerse en pie… y quizá ya no haya una tercera oportunidad. El polémico pacto ha marcado, sin duda, el «territorio» del PSOE de Castilla y León.
La reválida del PSCL
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete