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confieso que he pensado

Aplausos

Que alguien que aspira a convertirse en representante público arremeta sin ton ni son contra la administración judicial rebaja la política a la altura de la basura

santiago díaz bravo

Que el candidato de Coalición Canaria a la alcaldía de Arona se deje llevar por el acaloramiento dialéctico y arremeta en un acto público contra el juez que intervino los teléfonos del Ayuntamiento –su posterior puntualización al respecto resulta, más que de risa, de ... carcajada–, una decisión que ha permitido destapar un importante número de prácticas presuntamente ilícitas e inmorales en la corporación sureña, no es lo verdaderamente grave porque, a fin de cuentas, podría tratarse de una excepción. Lo de verdad impresentable es que en ese mismo acto –la grabación en vídeo no deja lugar a la duda– los acólitos presentes hayan actuado a modo de palmeros y aplaudido a rabiar tan desgraciadas palabras. Esos aplausos, esas muestras de fidelidad porque sí, más allá de que al interviniente le asista el sentido común y la razón, suponen de facto un apoyo a la corrupción y las corruptelas, además de un evidente rechazo al imperio de la ley y la justicia.

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