polémica imagen de las islas baleares
La BBC explota el desfase de Magaluf
La cadena británica emite el documental «Sun, sex and suspicious parents» («Sol, sexo y padres desconfiados») que recrea en los excesos de los veraneantes británicos en España

“Cuando termine esta semana, en Magaluf sabrán quiénes somos y si no, deberían saberlo”. Sin reparos, con un tono amenazante y mirando fijando a la cámara, Ashley, un británico de Cardiff de 18 años advierte de que sus primeras vacaciones en compañía de siete amigos reescribirán el significado del término “desfase”. Antes de partir su madre, Lisa le pregunta “¿Qué tienes prohibido hacer?”, sin titubear responde al instante el joven: “Saltar del balcón”.
Así comienza el episodio que “Sun, sex and suspicious parents” ("Sol, sexo y padres desconfiados"), uno de los programa estrella de la cadena BBC Three , dedica a Magaluf. Desde el año 2011, el reality retrata las barbaridades de un grupo de jóvenes que por primera vez se escapan de vacaciones sin sus progenitores. Durante 45 minutos, una amalgama de excesos regada por litros de alcohol acapara la acción. Sin escrúpulos, las cámaras del reality captan a una joven bailando sin la parte de arriba mientras se restriega con un chico cualquiera, a su amiga devolviendo en el retrete y a otro miembro del grupo haciendo dibujos con su orina en la pared. Cuando el nivel de salvajadas alcanza su punto máximo, aparecen en escena unos padres perplejos, pero que sorprendentemente se divierten contemplando las atrocidades perpetradas por sus retoños.
Antes de partir, Ashley deja claro su prioridad durante el viaje; conseguir tantas chicas como pueda. “Por muy mal que suene, es la verdad. Cuando estoy borracho, ni el físico, ni la personalidad me importan. Así que cuantas más mejor”.
Unas imágenes paradisiacas de la isla de Mallorca aparecen en pantalla. En cuestión de segundos, el intenso azul de sus increíbles playas da paso a los neones de las discotecas y clubs de Magaluf, la localidad balear degrada por un turismo chabacano especialmente frecuentado por ingleses, que ya lo han rebautizado como «shagaluf» (un juego de palabras con sexo y la localidad).
Recién aterrizados, tras dejar las maletas en el hotel, el grupo de jóvenes de Cardiff se adentra en el epicentro de la fiesta. Ingieren tanto alcohol como su cuerpo puede resistir y comienza “su caza”. “Mi nombre es Ashley y mi habitación es la 243” es su carta de presentación.
Un día después, los padres llegan a la isla y contemplan en un ordenador lo que sus hijos han hecho durante la noche. “¿Pero sabe cómo se llama la chica? No sabe ni siquiera cómo se llama”, se lamenta la tía de Ashley.
En el programa, los padres no pueden en ningún momento irrumpir en escena. Ataviados con unos prismáticos, desde el balcón contemplan de nuevo al joven celebrando su cumpleaños en un toro de feria al que sube acompañado de una chica. En seguida, los “voyeurs” se dan cuenta de las esperpénticas maniobras de Ashley para “aprovecharse” de la chica.
Como era de esperar, completamente ebrio acaba durmiendo en el pasillo del hotel después de que su compañero de habitación haya regresado con compañía femenina.
Si la popularidad de las costas españolas ya se cotizaba al alza en el ideal de vacaciones de los británicos, estos programas, muy similares al formato de Gandia Shore, no hacen más que reforzar esa visión de verano desenfrenado que atrae cada día a más y más jóvenes extranjeros.
Desenfreno de sexo y alcohol
El último día de las vacaciones los padres aparecen por sorpresa. Tras una semana de desenfreno, sexo y borracheras se enfrentan a unos padres desencajados (en el mejor de los casos) o a unos padres que gustosamente les ríen la gracia, les dan una colleja y comentan sus hazañas.
El regodeo del programa en las borracheras, los destrozos, los comportamientos incívicos, los excesos sexuales ha acaparado más de 1,4 millones de espectadores.
Este año, esa imagen de perversión ha quedado reforzado por el llamado vulgarmente “mamading“. Una práctica que lleva a las mujeres a realizar un concurso por el que deben hacer un número determinado de felaciones a los hombres presentes en el bar/discoteca en un mínimo de tiempo. La que consiga sumar el número mínimo de éstas, consigue barra libre en el local durante todo el tiempo que duren sus vacaciones. Una deleznable moda que impide a Magaluf deshacerse del sambenito de "ciudad del pecado ".
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