Mil euros de multa por salir en procesión

La carretera atraviesa Libros, un pequeño municipio con 140 empadronados. De antiquísima tradición, la devoción popular en Libros por la Virgen del Pilar se manifiesta, entre otras cosas, en su procesión anual.

Dos veces salen en honor a la patrona de la Hispanidad y de Aragón. Este año, los días 11 y 13. Y los dos acabaron con multa de Tráfico porque, en el recorrido, durante cinco minutos los devotos pasan andando por la travesía urbana de la carretera.

Por cada una de esas procesiones, 500 euros de multa de las que tendrá que responder el Ayuntamiento de este pequeño puelbo. Su alcalde, Rafael Millán, está que trina. Insiste en que el sentido común va contra la multa, porque la procesión es más antigua que la carretera nacional. Pero a Tráfico, por lo que se ve, eso no le convence. Los agentes que ese día andaban por allí no dudaron en extender el boletín de denuncia, y la Jefatura Provincial le ha dado curso.

El artículo infringido con el que se argumenta la multa equipara la procesión a una carrera ciclista. Exactamente indica que la sanción se corresponde con una infracción por «celebrar una marcha ciclista u otro evento similar sin autorización». Y se extiende detallando: «Procesión por travesía de Libros denegada por incumplimiento de procedimiento».

Libros, famoso antaño por sus minas de azufre, ha recurrido. Pero ha pinchado en hueso. Tráfico se mantiene: o el Ayuntamiento paga los mil euros por esas dos multas, o tendrá que hacerlo con recargo y, en el peor de los casos, por vía ejecutiva y con embargo de cuentas.

Todo porque la procesión no estaba autorizada. Lo que había sido una tradición sin más se convirtió en una manifestación pública que requería autorización para ocupar la carretera. Así fue hace siete años. Desde entonces el Ayuntamiento pide permiso para tal fin, pero no se le concede. Ninguna importancia le daban a este hecho, la procesión seguía saliendo y nunca llegaba multa alguna. Tampoco se han generado problemas ni incidencias en el tráfico.

Pero este año las cosas han cambiado. El alcalde dice que cuando salieron en procesión había agentes de Tráfico, que no pasó nada y todo siguió sin más. Pero luego les han llegado las notificaciones con las dos multas.

Para el Ayuntamiento de Libros, la sanción no solo es una cuestión de orgullo del pueblo –defender la antiquísima tradición procesional en las que son fiestas mayores del municipio– sino también un inconveniente económico. Y es que el pueblo tiene 140 vecinos, y con este tamaño los ayuntamientos tampoco andan sobrados de presupuestos.