El fin del «pajinismo» reaviva las tensiones en el socialismo alicantino

La exclusión de David Cerdán del Comité Federal no ha sentado nada bien al aspense, que confiaba en una promesa de Ferraz de que todos los secretarios provinciales formarían parte de la nueva dirección nacional socialista, máxime cuando el nuevo máximo responsable había proclamado hasta la saciedad su voluntad «integradora» de todas las corrientes.

No en vano, la propia Leire Pajín aseguró ayer a la SER que no piensa volver a la primera fila de la política y se mantendrá alejada del debate en el seno de su partido, en su cargo como asesora de la PAHO (la Asociación Panamericana de la Salud, en sus siglas en inglés), donde lleva dos años y por el que percibe 100.000 euros al año.

En cambio, quien sí se mostró ayer satisfecho con la representación obtenida por la provincia de Alicante en la cúpula que conducirá a los socialistas desde Ferraz fue Gabriel Echávarri, secretario local en la ciudad de Alicante. Además, subrayó que mantiene una excelente relación con Cerdán, quien tras conocer su exclusión del Comité Federal este fin de semana ya había aludido a la mano negra del exsenador Ángel Franco, omnipresente en el aparato del PSOE y que le había vetado en este reparto

La estrategia del «pajinismo» alicantino de apoyar a Eduardo Madina, que en caso de haber ganado en su pugna con Pedro Sánchez por el control del partido sí habría propiciado el regreso a la escena de Leire Pajín, parece ahora haber determinado la condena al ostracismo para este sector.

Cerdán ha lanzado duros reproches en las horas siguientes al congreso nacional, como por ejemplo que sus nuevos responsables han apostado por quienes «ganan asambleas y pierden elecciones» para los puestos de responsabilidad internos, una crítica clara al continuismo que él aprecia en este proceso de pretendida renovación de su partido.

Aunque él consideraba de importancia entrar en el Comité Federal, Leire Pajín restaba ayer transcendencia completamente a este órgano de representación del que ella sí forma parte, un detalle protocolario, a su juicio.