Podemos y olé

Si el entrevistador quiere saber qué hará la candidata de Podemos con la Semana Santa si sale elegida alcaldesa, la entrevistada podrá mugir, croar o barritar durante un tiempo no inferior a minuto y medio mientras corre la grabadora. Como hace Pablo Iglesias cuando se le pide concreción programática sobre asuntos delicados en los que es difícil pronunciarse sin caracterizarse. Pero no deberá admitir que contempla extirpar la Semana Santa si ésta disgusta a un número suficiente de círculos del partido. No ya porque estas declaraciones de intenciones tan explícitas pueden delatar el radicalismo oculto bajo el camuflaje transversal. Sino por una razón de lucidez táctica: presentarse a las elecciones en Sevilla amenazando con suprimir la Semana Santa viene a ser como presentarse a dirigir Playboy y decirle a Hugh Hefner en la entrevista personal que la primera medida será prohibir la exhibición de cuerpos desnudos, sobre todo si están junto a una piscina. ¿Qué van a perseguir después, el olor a azahar? Es que me imagino a Carlos Herrera sin cofradías, despertando el hombre entre sudores fríos y diciendo «¡Al sielo con ella!» mientras los ingenieros sociales de Podemos le inyectan más sedación y le aprietan el chaleco. A esa misma hora, en la calle sacan de procesión al Che y Pablo Iglesias, en un balcón, acompaña en las saetas a Javier Krahe. La democracia real. Ya dijo Errejón que necesitábamos una cultura y hasta un folclor nuevos. Necesitamos una reprogramación.

Con todo, lo más «naif» de la entrevista publicada por «El Mundo» es la elusión de la etiqueta política. Para evitar la limitación ideológica y hacer sitio incluso a los resentidos del barrio de Salamanca donde Monedero está de misionero, Podemos no se dice de derechas, ni de izquierdas, sino polivalente como Cruyff, que jugaba en todas las demarcaciones. Gutiérrez dice que son el partido de la gente que se parece «al vecino», de lo cual hay que inferir que entre los veinte millones de votantes del bipartidismo sólo hay coleópteros o marcianos que no se parecen al vecino del ascensor. Ésa es la más audaz oferta de Podemos: sólo ellos reparten el carné de gente, sólo ellos te sanan y te devuelven una naturaleza pura de buena gente. Lo demás es andar al pairo en las tinieblas exteriores, cuando no en la organización criminal que se dio en llamar régimen del 78.