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CAMBIO DE GUARDIA

Lo que no es Grecia

Todo lo invertido en Grecia ha sido devorado por la corrupción. Es dinero perdido. Ojalá sea el último

Gabriel Albiac

Hace tres años ya que lo escribí aquí: «no existe más Grecia ya que la que persevera, eterna, en los volúmenes de las bibliotecas». La Grecia que en los cantos homéricos construyó nuestra visión épica del mundo; la Grecia que, con Esquilo, Sófocles y Eurípides, ... nos puso ante el espejo en el cual nos supimos irremediables, frágiles y, antes que nada, paradójicos; la Grecia que, en Platón, instaló al hombre libre ante el horizonte más grandioso de la la inteligencia: afrontar esas “maravillas acerca de lo uno y lo múltiple, que por estar en la esencia de la lengua nunca pueden ser agotadas” y al cual él llamó filosofía; la Grecia que con Epicuro vence a la muerte; la Grecia que pervivía en el ingenio de un pensador que, en la Alejandría del siglo tercero, se niega a ser retratado porque bastante desdicha es tener ya que soportar un rostro como para añadirle un duplicado; la Grecia que, de modo paradójico, vive en la lengua y la escritura de San Pablo, en los neoplatónicos tardíos de Bizancio, última Grecia en la otra orilla…; esa Grecia no existe.

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