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MONTECASSINO

De El Cairo a Martha's Vinyard

El islamismo ha demostrado ser enemigo de todo compromiso. Y el presidente egipcio depuesto, Mursi, es la prueba de ello

Hermann Tertsch

El islamismo ha demostrado ser enemigo de todo compromiso. Y el presidente egipcio depuesto, Mursi, es la prueba de ello

EL jueves 4 de junio del 2009, cinco meses tan sólo después de acceder a la Presidencia de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, hacía un ... encendido discurso programático dirigido al mundo árabe y por extensión a todo el islam. Lo hacía desde el alma mater de la sabiduría sunita, desde la Universidad Islámica de Al-Azhar, en El Cairo. El nuevo presidente norteamericano, que tanto febril entusiasmo había despertado, se aprestaba a extender más allá de Occidente la buena nueva del «cambio moral» en Washington. No con ideas concretas. Sino con un mensaje de sentimental afecto y elogio a todo lo bueno que puede identificarse con el Islam. Y una oferta de complicidad, desde esa postura tan propia de Obama de presentarse, negro y africano de origen, como víctima, al igual que el mundo árabe, de un enemigo común, que serían el imperialismo y el colonialismo.

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