GUERRA DE UCRANIA
La Unión Europea aborda en Múnich las compras conjuntas de armamento
UCRANIA: UN AÑO DE GUERRA
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, sospecha que China estudia dotar de armas a Rusia
Los ejecutivos de las empresas armamentísticas piden en la conferencia de Múnich que se califique a esta industria como «sostenible»
Josep Borrell, jefe de la Diplomacia de la UE, durante su intervención en Múnich
Los más buscados en los pasillos y apartes de la conferencia de Seguridad de Múnich de este año no han sido los jefes de Gobierno o ministros de Exteriores y Defensa de las grandes potencias, sino los CEO de los grandes consorcios de armamento. ... En el proceso acelerado de rearme global que ha precipitado la invasión de Ucrania, los países pugnan por lograr prioridad en los contratos de un sector que no da abasto. Y los mayores compradores tienen mejores oportunidades de mercado.
El Alto Comisionado de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, llamó ayer a acelerar y aumentar la ayuda militar, argumentando que «esta guerra es un gran desafío existencial para nuestra seguridad». «Tenemos que hacer más y más rápido», dijo, y mencionó además dos desafíos a medio plazo: aumentar la capacidad de la industria armamentística de Europa y tratar más con el sur global.
Borrell se mostró, además, a favor de la propuesta de Estonia de compras conjuntas europeas de municiones de 155 milímetros, que en el futuro podrían evolucionar a compras conjuntas de armamento, como ocurrió en el pasado con las vacunas, y que era objeto ayer de conversaciones entre responsables europeos.
Más munición
La primera ministra estonia, Kaja Kallas, expresó su preocupación por las brechas en la producción europea de municiones. La industria de defensa aún no ha aumentado su producción lo suficiente, a pesar de que hay una «demanda clara». Criticó que, mientras que el objetivo dentro de la OTAN es que las Fuerzas Armadas de sus miembros tengan suficientes suministros de munición para un conflicto de al menos un mes, la mayoría solo cuenta con existencias para unos pocos días. Y que de nada servirán las armas enviadas a Ucrania sin la munición necesaria. «Algunos países todavía creen que pueden esperar y que la amenaza va a desaparecer, de nuevo Rusia está jugando con eso. El Kremlin especula que los europeos se cansarán de su propio apoyo», diagnosticó.
Su discurso recibió asentimiento, no solo por parte de Borrell, sino también desde gobiernos como el sueco y el alemán. «La cuestión no es si la OTAN o la UE, sino la necesidad de una Europa más fuerte para una OTAN más fuerte», zanjó el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius.
Determinadas barreras ideológica parecen también haber caído, según se desprende de las declaraciones en Múnich del presidente del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Lars Klingbeil, que sugirió que el asunto ya no debe ser tratado solo por los estados nacionales, sino llevado a nivel europeo, con criterios de interoperabilidad, estrategias comunes y estándares comunes, de manera que los armamentos de diferentes países europeos «tendrían que trabajar juntos».
Eliminar trabas
«Ha llegado el momento de aumentar la producción de municiones estandarizadas que Ucrania necesita desesperadamente», dijo también Von der Leyen en Múnich. «Podríamos pensar, por ejemplo, en acuerdos avanzados de compra que den a la industria de defensa la posibilidad de invertir ahora en líneas de producción más rápidas y capaces». Pero los responsables de la industria del armamento presentes en Múnich respondieron que no bastará con grandes encargos, sino que será necesario eliminar determinadas trabas.
Sostenible
El CEO de Rheinmetall, compañía armamentística alemana, Armin Papperberg, expuso las dificultades del sector para obtener financiación bancaria debido a la taxonomía europea y reivindicó el reconocimiento de 'sostenible' para esta industria, a lo que Borrell contestó dándole por completo la razón. «Así es -dijo-, los europeos tenemos que cambiar la forma en la que vemos la industria de la Defensa».
El sector europeo del armamento expresó también quejas por el hecho de que grandes compras se están haciendo a EE.UU., en lugar de a fabricantes en el continente, como los 35 nuevos aviones de combate F35 encargados por Alemania a Lockheed Martin, en lugar de comprar Eurofigther, y reivindicó la participación estatal. Rheinmetall está pidiendo que el Estado alemán invierta 700 millones en una planta de producción de pólvora, por ejemplo.
Múnich ha constatado movimientos tectónicos en la geopolítica global, que avanzan un sombrío panorama
No es que en ediciones anteriores de la Conferencia no se hablase de contratos de armas, pero desde luego no se hacía en voz tan alta. Ucrania ha devuelto a esta industria al primer plano, en un clima de tensión creciente. Tras su primera reunión cara a cara con el ministro chino Wang Yi, el secretario de Estado de EE. UU. advirtió ayer sobre «problemas graves» y anunció que China está considerando suministrar armas a Rusia en su guerra contra Ucrania. «La preocupación que tenemos ahora, con base en la información disponible, es que están considerando brindar un apoyo letal», dijo Antony Blinken, «todo, desde municiones hasta armas mismas», después de que Biden advirtiese a Xi Jinping en marzo que tuviese cuidado de «no cruzar esta línea».
Múnich ha constatado movimientos tectónicos en la geopolítica global y avanza que el panorama puede ser mucho más feo en la próxima edición de la Conferencia de Seguridad, en 2024.
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