El Sultán turco que decide el devenir de las guerras

Nacido en Estambul hace 44 años, este hombre con nariz prominente, pelo negro y barba de tres días es el presidente del Consejo de Administración de BaykarTech, empresa puntera en la fabricación de drones que ha tenido, y está teniendo, un papel esencial en más de un conflicto bélico.

«Es una figura impresionante, una de las grandes mentes que hay en Turquía. Es el cerebro tecnológico de la empresa», explica Soner Cagaptay, analista turco-estadounidense de política exterior y biógrafo de Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.

Esta gran mente tecnológica tiene explicación: su padre, Özdemir, hijo de pescador, se graduó en la Universidad Técnica de Estambul y a mediados de los 80 fundó una empresa de piezas para automóviles: BaykarTech. Su madre, Canan, era economista y programadora informática en la era de las tarjetas perforadas. Los tres hermanos crecieron rodeados de máquinas y tecnología. «Trabajamos en la fábrica durante toda nuestra infancia», explicaba el propio Selçuk en una entrevista a la revista norteamericana 'The New Yorker'. «Escondía mi modelo de avión debajo de la cama y trabajaba en él a escondidas».

El sueño de este niño se convirtió en realidad: se graduó en la Escuela Técnica Superior de Estambul. Posteriormente, ingresó en la Universidad de Pensilvania, donde realizó un máster que impresionó a alumnos y profesores. También estudió otro posgrado en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Fue en esta época donde comenzó a construir pequeños aviones no tripulados (drones) en la fábrica de su padre en Estambul. El gran salto se produjo en 2007, cuando, de vuelta de su aventura por Estados Unidos, fundó la división de drones en la empresa paterna.

Pero lo que parece que realmente lo ha aupado a tener más de tres millones de seguidores en X y otro puñado de millones en Instagram es su parentesco con el presidente Recep Tayyip Erdogan. En 2016 se casó con Sümeyye Erdogan, hija menor del líder turco. En la boda estuvieron presentes más de 6.000 personas, entre ellas representantes de alto rango de la política turca, pero también de Qatar o Pakistán.

Bayraktar es toda una celebridad. Muy activo en redes sociales, todas sus publicaciones cuentan con cientos de comentarios e interacciones. En la gran mayoría de las fotos aparece rodeado de gente joven que lo mira con admiración. Casi siempre viste una sudadera corporativa de la empresa de la que es dueño, pero también se le ve con una chaqueta 'bomber', decorada con parches de vuelo y gafas de sol al más fiel estilo de Tom Cruise en 'Top Gun'.

Esta fama traspasó fronteras con la guerra en Ucrania. Las fuerzas armadas ucranianas han utilizado el dron Bayraktar TB2 con gran eficacia contra las tropas rusas, y los drones turcos se convirtieron desde el principio en un símbolo de la resistencia ucraniana. Baykar Technologies también donó drones al Ejército ucraniano en varias ocasiones. Bayraktar declaró: «Tenemos la obligación moral de ayudar a Ucrania»; y posteriormente recibió la Orden Estatal del Mérito del presidente Volodímir Zelenski en 2022.

Por todo eso, los soldados ucranianos han llegado a cantar «Bayraktar, Bayraktar» cada vez que un dron turco derribaba un objetivo ruso. El 'Elon Musk turco', como lo han bautizado en alguna ocasión, se mostró orgulloso de que la tecnología desarrollada por su empresa apoye la lucha de Ucrania por su independencia. Una postura que choca con la política llevada a cabo por su suegro con Rusia. Moscú es un socio comercial clave para Turquía. Además, Turquía es un popular destino vacacional para los turistas rusos y el Kremlin supervisa la construcción de la primera central nuclear de Turquía. Sin embargo, esto no ha impedido que Bayraktar siga apoyando a Kiev. «Ucrania está luchando por un mundo libre», ha llegado a decir.

Estos drones también han marcado una diferencia decisiva en otros campos de batalla: Etiopía, Libia, Siria o Nagorno Karabaj son algunos de ellos. Por ejemplo, en el conflicto en Libia, los Bayraktar TB2 ayudaron al Gobierno oficial de Trípoli a sofocar la insurrección de Haftar. Más tarde, en la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave de Nagorno Karabaj, estos drones turcos tuvieron un papel fundamental en la victoria azerí. Y también estos aviones no tripulados han sido desplegados en países como Qatar, Marruecos y Polonia.

El TB2 tiene una envergadura de solo 12 metros, una hélice de cola y tres ruedas. Puede armarse con hasta cuatro bombas o misiles guiados por láser. Puede permanecer en el aire hasta 24 horas, ascender a una altitud de 8,2 kilómetros y atacar objetivos ubicados en un radio de 8 km. No puede volar tan lejos como, por ejemplo, los modelos estadounidenses o israelíes, tampoco transportar cargas tan pesadas, pero el precio lo hace más que competitivo: cinco millones de dólares. Es decir, cuesta la sexta parte del precio del dron Reaper estadounidense, lo que lo hace muy atractivo para potencias militares medianas.

BaykarTec se convirtió en el mayor exportador de armas de Turquía en 2021, con unas ventas anuales que superaban los 660 millones de dólares, y la compañía ha seguido creciendo, sobre todo, por el aumento de conflictos bélicos en la zona. En 2022, por ejemplo, la empresa turca entregó drones y otras tecnologías por valor de 1.180 millones de dólares a 18 países.

Este éxito se plasmó esta misma semana al adquirir la firma italiana de aviación Piaggio Aerospace. Un paso más en la expansión de la empresa turca en Europa.

Por todo esto, y en parte gracias al 'sultán turco de la aviación', Turquía ya domina el 65% del mercado mundial de exportación de vehículos aéreos no tripulados, según el Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense.

«Los logros tecnológico-militares de Turquía han catapultado a Bayraktar a la fama pública, y él promueve activamente una forma popular de tecnonacionalismo que trasciende la división entre lo secular y lo religioso», escribió Halil Karaveli , investigador principal del centro conjunto del Instituto de Asia Central y el Cáucaso y del Programa de Estudios de la Ruta de la Seda.

Selcuk Bayraktar es visto cada vez más como el futuro del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de su suegro. Carece de experiencia política o diplomática, pero parece que le están allanando el camino para suceder a Erdogan. El ahora presidente turco declaró que 2023 iba a ser «la última vez» que pedía «el apoyo de la nación» y que «cederá la bandera sagrada a la juventud», después de las elecciones de 2023. Tras estas palabras, Bayraktar indicó por primera vez que estaba considerando entrar en política. «Mi ambición nunca fue entrar en política ni ser presidente, sino ser pionero en la industria aeroespacial turca. Pero si la lucha por la tecnología nacional así lo requiere, por supuesto que no me dejaré intimidar [por aspirar a un cargo] y no daré marcha atrás», declaró en una entrevista con medios turcos.

«Aunque hay rumores de que será el sucesor de Erdogan, no sé si eso funcionará», explica Cagaptay. «Erdogan dirige Turquía con una mezcla de amor y miedo. Es amado por su base, aproximadamente la mitad de Turquía, pero también es temido por sus oponentes. Creo que Selçuk Bayraktar, aunque es un gran tecnócrata e ingeniero, es probablemente muy querido, pero no sé si será temido por la oposición y por los que se oponen a Erdogan de la misma manera que lo es Erdogan». Habrá que ver los próximos movimientos, mientras parece que Bayraktar espera entre bastidores su gran oportunidad.