El pulso de Orbán a la UE puede dejar a Ucrania en la estacada

Kuleba advierte en Bruselas sobre las «consecuencias devastadoras» que tendría la decisión de no abrir las negociaciones para el ingreso de Kiev

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Zelenski y Orbán hablan en Buenos Aires durante la toma de posesión de Milei reuters

Enrique Serbeto

Corresponsal en Bruselas

Los países miembros de la UE afrontan una reunión decisiva este jueves más divididos que nunca. La posición del primer ministro húngaro, el populista Viktor Orbán, amenaza con bloquear las dos principales decisiones que deberán tomar los Veintisiete en el Consejo Europeo: la decisión ... de iniciar las negociaciones para la futura adhesión de Ucrania y la revisión del presupuesto comunitario para permitir mantener la ayuda a este país. El ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, que participó ayer en la reunión de sus colegas europeos, advirtió a su llegada que no quería «ni siquiera imaginar las consecuencias devastadoras que se producirían si el Consejo Europeo fracasa en tomar una decisión positiva sobre Ucrania». Por ello, se adelanta que esta será una reunión que podría prolongarse incluso hasta el sábado en caso de que la falta de acuerdo se alargue.

En la reunión de ayer, los ministros de Exteriores tenían la misión de enfocar las discusiones sobre la guerra de Gaza de manera que los jefes de Estado o de Gobierno encontrasen al menos una zona de consenso desde la que ahorrarse el añadir un tercer asunto espinoso a la agenda del Consejo Europeo. Sin embargo, tampoco en este campo están las cosas claras y los ministros solo se pusieron de acuerdo en planear vagamente nuevas sanciones contra el grupo terrorista palestino Hamás por violaciones de derechos humanos en su ataque contra Israel del 7 de octubre y a cambio se le autorizará al alto Representante Josep Borrell a diseñar otra propuesta con algunas medidas restrictivas contra colonos israelíes acusados de cometer actos de violencia en Cisjordania, como ya ha hecho Estados Unidos.

Entre tanto, en el edificio del Consejo Europeo todo son preparativos para una cumbre extremadamente difícil ante la posición de Orbán, que muchos consideran inexplicable. Diplomáticos de todos los países se preguntan qué puede estar buscando el dirigente húngaro con esta posición que no le supone ningún beneficio directo. A pesar de que la Comisión Europea ha ido hasta donde legalmente ha podido para desbloquear diez mil millones en fondos europeos para Budapest, Orbán no ha dado su brazo a torcer. Tampoco parece cambiar las cosas el hecho de que se haya quedado sin su principal aliado, el gobierno nacional populista del PiS en Polonia, ya que se prevé que a la reunión de Bruselas acudirá ya Donald Tusk, que también ha sido presidente del Consejo Europeo.

A Tusk le han recibido con grandes elogios tanto la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, como la del Parlamento, Roberta Metsola, porque la llegada del nuevamente primer ministro polaco, que es también dirigente del Partido Popular Europeo, supone un alivio para muchas de las tensiones que sacuden a la UE. La vuelta del socialista eslovaco, Robert Fico, seducido por el nacionalismo antieuropeo, se vuelve irrelevante con el cambio político en Polonia.

Un año de la candidatura

La cuestión en la que insisten diplomáticos y funcionarios del Consejo es en la certeza de que Ucrania no puede salir de la reunión del jueves sin algún resultado palpable. «En todos los Consejos Europeos desde que empezó la guerra hemos declarado que la UE apoyará a Ucrania 'el tiempo que haga falta' y no cumplirlo causaría un daño terrible para nuestra credibilidad» se afirma en el edificio 'Justus Lipsius', sede del Consejo. Hace un año, Ucrania fue reconocida como país candidato; la Comisión ha hecho una evaluación según la cual Kiev ha cumplido con la mayoría de condiciones que le habían impuesto por lo que merece que el Consejo apruebe el inicio de las negociaciones. Kueleba recordó ayer que los ucranianos «hemos hecho nuestra tarea. Esperamos que la UE haga la suya». Pero Orbán, que tuvo ocasión de hablar en persona con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en Buenos Aires en la toma de posesión de Javier Milei, considera que Ucrania «es uno de los países más corruptos del mundo».

La cuestión en la que insisten diplomáticos y funcionarios del Consejo es en la certeza de que Ucrania no puede salir de la reunión del jueves sin algún resultado palpable

La decisión solo puede ser tomada por unanimidad y algunos países han propuesto que se apruebe pero que se aplace su puesta en marcha, pero ninguna de estas ideas parece haber doblegado la voluntad del dirigente húngaro.

Si Ucrania no obtiene el inicio de las negociaciones, podría consolarse con un aumento de las ayudas, pero la Comisión tampoco ha convencido a los países para que acepten incrementar sus contribuciones al presupuesto comunitario en esta revisión que se quería aprovechar precisamente para redefinir las prioridades políticas surgidas en los últimos meses y que incluyen, además de la guerra de Ucrania, la lucha contra la inmigración irregular.

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