Un prorruso y un proucraniano se disputan la presidencia de Chequia
Petr Pavel y Andrej Babiš se enfrentan en esta segunda vuelta que comenzó este viernes, y concluye hoy
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónLa segunda ronda de las presidenciales checas promete un resultado bastante igualado. Petr Pavel, de 61 años, que se presenta como independiente pero apoyado por el Gobierno de centro-derecha, podría obtener el 58% de los votos según las últimas encuestas disponibles. Cala en ... el electorado su perfil de candidato proeuropeo y capaz de distender la política checa. Su rival, Andrej Babiš, impotente ante la sentencia demoscópica, decidió apurar la última semana de campaña explotando el miedo a la guerra. El pasado domingo, en el debate televisado, Babiš afirmó que, en caso de que Polonia o los países bálticos fueran atacados por Rusia, como ya lo ha sido Ucrania, se negaría a enviar soldados checos para defender su independencia territorial. Y estalló la tormenta.
«No, desde luego que no, porque yo no quiero que entremos en guerra, yo quiero la paz y de ninguna forma enviaría a nuestros hijos, a los hijos de nuestras mujeres, a la guerra», dijo, rechazando así el compromiso adquirido como país miembro de la OTAN. El revuelo internacional fue de tal calibre que Babiš recibió una llamada de Jens Stoltenberg y tuvo que reunirse con representantes del Gobierno polaco para aplacar su inquietud. Finalmente se desdijo y canceló numerosos actos electorales debido a varias amenazas que aseguró haber recibido, pero ha seguido presentando a Pavel a través de las redes sociales como un belicista y prometiendo que «yo no arrastraré» a la República Checa a la guerra. Está por ver si su estrategia consigue o no el efecto deseado.
Diplomático vs. militar
Sí parece claro que Babiš ha ganado terreno en los últimos días de campaña, afirmando una y otra vez que «yo soy un diplomático, no un militar», en contraposición a Pavel, general retirado que destacó en el cuerpo de paracaidistas del ejército de la URSS antes de la Revolución de Terciopelo. Fue después jefe del Estado Mayor checo y hasta 2018 jefe del comité militar en los más altos cargos de la OTAN. Y ese perfil de hombre de Estado ha sido convertido por Babiš en la imagen de un 'soldado universal'. Aunque la Presidencia checa tiene fundamentalmente funciones protocolarias, el presidente es formalmente el comandante en jefe del Ejército y puede vetar leyes votadas por el Parlamento. Pero lo cierto es que el responsable de la Defensa nacional es el Gobierno y que antes de una movilización es necesario imponer la ley marcial, propuesta ante el Parlamento y votada, por lo que el presidente no tendría oportunidad de influir en esa decisión. Babiš se ha servido sin embargo de las palabras de Pavel en apoyo de Ucrania para cimentar la infundada acusación de 'señor de la guerra' ante el que contrapone su idea de 'no intervención' y 'pacifismo'. Y además ha eclipsado la campaña basada en la lucha contra la corrupción de Pavel.
Las presidenciales checas, convertidas en un referéndum sobre la participación en la guerra
Rosalía SánchezPavel, general retirado, defiende la ayuda a Ucrania, al contrario que Babiš, su rival y ex primer ministro, a favor de la no intervención en el conflicto
«No puedo ignorar el hecho de que la gente aquí siente cada vez más el caos, el desorden y la inseguridad, que el Estado de alguna manera dejó de funcionar», defiende en sus mítines Pavel en referencia velada a su oponente, que dimitió del cargo de primer ministro en noviembre de 2021 tras revelar los 'papeles de Pandora' que había adquirido de forma opaca al menos 16 inmuebles, uno de ellos un castillo en la Costa Azul francesa. Pavel promete a los votantes que garantizará la seguridad y que las reglas se aplicarán a todos por igual, pero Babiš sigue siendo el líder del partido más fuerte, la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) y la votación de la máxima oficina de representación en la República Checa ha dejado de ser una cuestión entre candidatos para convertirse en una elección de dirección: a favor o en contra de la alianza occidental.
«El resultado final dependerá en gran medida del número de seguidores de cada uno que se quede en casa en lugar de acudir a votar», considera el escritor checo Jiri Pehe. «Las elecciones presidenciales de hoy no son para decidir entre el bien y el mal», dice por su parte Jakub Patcka, editor de Denik Referendum, «sino sobre si es posible saltar a la presidencia desde la intimidación y la mentira».
Al margen de la entrada de la República Checa en una hipotética guerra, en estas elecciones se dirime cierto peso en la balanza geoestratégica de la región, ahora flanco oriental de la OTAN, puesto que Pavel cuenta con la simpatía de las instituciones europeas mientras que Babiš es amigo de Viktor Orbán y evita en lo posible criticar a Putin. Tanto la tercera candidata, la liberal Danuse Nerudova, como los democristianos de Pavel Fischer han cerrado filas en torno a Pavel.
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