El primer ministro británico desvela sus cinco promesas para el nuevo año

Los problemas del año viejo resurgieron en las dos primeras jornadas laborales de 2023, con huelgas en el transporte ferroviario a nivel nacional, en los autobuses urbanos y otros servicios públicos. «Hay mucha desinformación», advirtió el dirigente conservador acerca de la disputa salarial del personal de enfermería y ambulancia, que ha desembocado en un calendario intermitente de paros inéditos de ambos gremios previstos hasta la primavera. «Valoramos enormemente a los trabajadores del sector público, como las enfermeras. Hacen un trabajo increíblemente importante y, por ello, queremos un diálogo razonable con los sindicatos sobre lo que es responsable y justo para todo el país», añadió Sunak. En el posterior turno de preguntas, reiteró su posición de que la demanda de un incremento salarial por encima de la tasa de inflación «no es asequible».

El 'premier' se comprometió a reducir la lista de espera en los hospitales de la red pública, que sobrepasa los siete millones de pacientes en Inglaterra. Al mismo tiempo, prometió reducir por la mitad la tasa de inflación, que se situó en el 10,7% en noviembre, rebajar la deuda pública y potenciar el crecimiento económico con innovación tecnológica. Puso el peso en la educación como factor de enriquecimiento social y garantizó la enseñanza de «alguna forma de matemáticas» hasta el ciclo superior de secundaria.

Por último, reiteró su objetivo de frenar las embarcaciones que cruzan el Canal de la Mancha con migrantes desesperados por solicitar asilo, reunirse con familiares o labrarse una vida más próspera en Reino Unido. «Tramitaremos nuevas leyes para parar los barcos pequeños, asegurando que si uno entra en nuestro país ilegalmente, será detenido y deportado inmediatamente», declaró en su discurso de marcado aroma preelectoral.

Sunak gana en popularidad y brinda más confianza al electorado en el manejo de la economía que el líder de la oposición, Keir Starmer, pero su gancho personal no se extiende al resto de la formación. El Partido Laborista saca una constante ventaja de 20 o más puntos a los conservadores en los sondeos de intención de voto.