Occidente defiende la declaración del G-20 pese a las críticas de Ucrania
Aunque es más suave que la de Bali del año pasado y no condena a Rusia, los mandatarios la consideran un éxito por defender la integridad territorial y, sobre todo, porque la otra opción era que la cumbre de Delhi fracasara por falta de acuerdo
El G-20 critica la guerra de Ucrania pero no condena a Rusia
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Enviado especial a Nueva Delhi (la India)
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Iniciar sesiónHasta en el lugar donde fue incinerado tras su asesinato, Gandhi consigue unir a países que están enfrentados en la guerra de Ucrania. En una imagen histórica, imposible hace un año, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha participado este domingo ... junto al resto de dirigentes occidentales presentes en el G-20 en una ofrenda floral en Rajghat, el Patio Real que recuerda al padre de la independencia de la India. Alrededor de la losa de mármol negro donde tuvo lugar su cremación, profusamente decorada con guirnaldas rojas, amarillas y blancas, los mandatarios de las potencias más avanzadas y las emergentes han guardado un minuto de silencio para rendir tributo al hombre que hizo del pacifismo un modo de lucha.
«Mi vida es mi mensaje», rezaba la leyenda tras ellos en el muro de entrada a esta especie de mausoleo. En el centro, el primer ministro indio, Narendra Modi, escoltado a cada lado por su antecesor en la presidencia del G-20, Joko Widodo de Indonesia, y su sucesor, Lula de Brasil. Al lado de uno y otro, respectivamente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el de Estados Unidos, Joe Biden. A solo unos pasos de ellos, en una esquina del tapiz de flores alrededor de la losa crematoria, Lavrov se escoraba entre el primer ministro chino, Li Qiang, y la presidenta de Bangladés, Sheihk Hasina. A estos los acompañaban a cada lado, respectivamente, los presidentes de Argentina y Turquía, Alberto Fernández y Erdogan, y los dirigentes de Egipto e islas Mauricio, El-Sisi y Kumar. Los siguientes, a ambos extremos, ya eran dos enemigos de Lavrov: el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Más allá de las servidumbres de la diplomacia, tan peculiar foto de familia del G-20 refleja los cambios que ha traído esta cumbre de Nueva Delhi. Contrariamente a lo que muchos esperaban (esperábamos), el encuentro logró consensuar una declaración final que criticaba la guerra de Ucrania pero sin condenar a Rusia. El comunicado, más suave que el del año pasado en Bali, ha decepcionado a Kiev por eludir la palabra «agresión» y emplear los términos «guerra de Ucrania», más neutrales que «guerra contra Ucrania». «No es nada de lo que sentirse orgulloso», criticó el portavoz de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, por lo que considera una cesión de Occidente ante el anfitrión, la India, y otras potencias del denominado Sur Global que también tienen buenas relaciones con Moscú.
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Pablo M. DíezRepresentando a 55 países con 1.500 millones de habitantes y enormes recursos naturales, su adhesión en la cumbre de Nueva Delhi era una de los objetivos de la presidencia india para fomentar su desarrollo
Saliendo al paso de estas acusaciones, los dirigentes occidentales han tratado de vender las bondades de la declaración conjunta, sobre todo teniendo en cuenta que la otra opción era que la cumbre fracasara y el G-20 se rompiera por la falta de acuerdo. «En un momento en que la economía global está sufriendo por el solapamiento de la crisis del clima, la fragilidad y el conflicto, la cumbre de este año ha demostrado que el G-20 puede todavía plantear soluciones a los asuntos que más nos afectan», valoró Biden en X, el antiguo Twitter, antes de partir hacia Vietnam.
Integridad territorial
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, se congratuló de que «la declaración del G-20 apoye la integridad territorial según recoge la Carta de la ONU, que es lo opuesto a lo que está haciendo Rusia». Además, recordó que el presidente ruso, Vladímir Putin, no ha asistido a la cumbre de Delhi porque «ha sido sancionado por muchos de nosotros, y eso es un buen motivo».
En su lugar, ha acudido Serguéi Lavrov, quien no esperaba este consenso con Occidente en la redacción del comunicado final. Calificándolo de «hito», aseguró en su comparecencia ante la Prensa que refleja la postura de Moscú porque, a su juicio, «la crisis es mencionada pero solo como referencia a todos los conflictos y a aquellos que deben resolverse de acuerdo con la Carta de Naciones Unidas».
Más allá de las servidumbres de la diplomacia, tan peculiar foto de familia del G-20 refleja los cambios que ha traído esta cumbre de Nueva Delhi
Pero Lavrov obviaba aquí las resoluciones de la ONU mayoritariamente en contra de Rusia, a las que se aferra Occidente para defender la declaración conjunta. Supliendo la ausencia por Covid del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, alabó el comunicado final. En su opinión, «marca que estamos en un momento muy diferente al del año pasado, por su contenido y por el enfoque distinto porque, en lugar de señalar las discrepancias, construye un consenso sobre la base de unos principios que están alineados con lo que venimos defendiendo desde la Unión Europea: respeto a la integridad territorial y a los principios de las Naciones Unidas, que es la única base para tener una paz justa y duradera en Ucrania».
A tenor de fuentes diplomáticas occidentales, lo único que falta en la declaración conjunta de Delhi es pedir la salida de las tropas rusas de Ucrania, como reclama su presidente, Volodímir Zelenski, pero eso era algo que Rusia no iba a aceptar y que otros países del Sur Global no ven como una condición imprescindible para empezar a negociar la paz. Teniendo en cuenta que el comunicado final estuvo a punto de naufragar en cualquier momento y que todos intentan retratarse como ganadores, lo mejor que se puede decir de la cumbre de Delhi es que no ha fracasado y el G-20 sigue vivo.
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