Rousseff, a un paso de la victoria en Brasil
El aborto, caballo de batalla para la segunda vuelta de los comicios, que se celebran mañana
V. GOYZUETA/C. DE CARLOS
La recta final de las presidenciales en Brasil, la segunda vuelta, se cierra mañana con clara ventaja para Dilma Rousseff. La candidata elegida por Luiz Inacio Lula Da Silva para sucederle en la Presidencia saca doce puntos de ventaja al socialdemócrata José Serra. Al menos ... eso indican los últimos sondeos. La encuesta de Datafolha publicada ayer por la «Folha de Sao Paulo», el periódico de mayor circulación, pronostica una victoria mañana de Rousseff con el 56 por ciento de los votos válidos, frente a un 44 por ciento que le asigna a Serra. Con estos números resulta difícil imaginar otro resultado en un escrutinio que, al tratarse únicamente de dos candidatos, será rápido y carente de la incertidumbre que hubo en la primera vuelta. En ella, la totalidad de los sondeos se equivocaron al anunciar que Dilma Rousseff lograría la mitad mas uno de los votos necesarios para evitar la segunda vuelta.
Desde entonces, en estas cuatro últimas semanas, «se han dejado de lado los temas políticos. La agenda de Estado de los candidatos ha sido reemplazada por discusiones sobre moral y religión». El profesor Carlos Alberto de Melo, catedrático del Insper, una prestigiosa escuela de negocios paulista, lamenta esa situación. El trasfondo de su reflexión es que «el aborto y la fe han sido los caballos de batalla de esta segunda vuelta».
La mujer de Serra
La tensión generada sobre estos temas parece no tener límite. Serra acusó de abortista a Dilma, y en las filas de ésta se proclamó que la esposa del socialdemócrata había reconocido que abortó en su juventud. «En un sistema democrático maduro se discutirían propuestas de Gobierno, y no reproches permanentes sobre si alguien cree en Dios y cosas de este tipo», asegura De Melo.
La influencia de los credos, sumada al descontento de buena parte de los votantes del PT (Partidos de los Trabajadores) de Lula y Rousseff, se apreció en el fenómeno Marina Silva. La candidata del Partido Verde y «ex petista», es evangélica confesa y contraria a la despenalización del aborto. Logró veinte millones de votos y sus electores decidirán en buena medida lo que parece un triunfo anunciado de Dilma, «ella dijo que no votará en blanco. Me parece que es una forma sutil de decir que votará a Dilma», interpreta el profesor De Melo. Pese a las diferencias que tuvo Marina Silva con Dilma «no podemos —añade— olvidar que sus amigos y su militancia de treinta años están en el PT, aunque ahora tenga vuelo propio».
En la primera vuelta, el pasado 3 de octubre, Rousseff obtuvo el 46,9% de los votos, y Serra el 32,6%.
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