ANÁLISIS

La llegada de carros de combate Leopard y Abrams a Ucrania augura una escalada armamentística

Para ser decisivos, los tanques necesitan de una eficaz cobertura aérea sin la cual serían presa fácil para la aviación rusa

Alemania confirma que suministrará a Ucrania 14 carros de combate Leopard 2

Biden anuncia el envío de 31 carros de combate Abrams a Ucrania

Un taque Abrams durante unas maniobras militares ep

Pedro Pitarch

La decisión del Gobierno alemán de entregar carros de combate Leopard 2 a Ucrania (bajo la condición de que EE.UU. también aporte carros M1 Abrams), así como de autorizar la transferencia desde otros países que los posean, marca el inicio de una nueva etapa ... de la guerra en Ucrania. Estamos, en primera instancia, ante un compromiso político que eleva la tensión internacional al compás de un probable incremento exponencial del poder de las tropas ucranianas, particularmente en sus capacidades ofensivas y de choque. Tal resolución alemana, sin duda forzada por problemas domésticos y presiones externas, ha levantado enormes expectativas. A nivel general, ha sido percibida como una fuerte implicación de Alemania en la guerra y en contra de Rusia. Ello, previsiblemente, tendrá consecuencias negativas (políticas, militares y económicas) entre ambas potencias que nos alcanzarán a todos. Asimismo, cuando las tropas rusas están alcanzando algunos éxitos tácticos en el Donbass (por ejemplo, la caída de Soledar), tal decisión supone un fuerte impulso a la moral de las tropas de Ucrania y un espaldarazo a la voluntad de resistencia de su población civil.

Los carros de combate en Ucrania no son un fenómeno nuevo. Han estado presentes en las operaciones desde el comienzo de la invasión. Pero se trataba, por ambos bandos combatientes, del empleo de armas de (casi) exclusiva fabricación soviética/rusa y, consecuentemente, con un balance cualitativo favorable a Rusia. Lo novedoso, aparte del fuerte cariz político del asunto, es que los Leopard 2 (y los M1 Abrams) son de una tecnología más avanzada y con capacidades muy superiores a la media de los carros rusos. Eso significa invertir la relación, al menos cualitativa, en favor de Ucrania (la cuantitativa será función del número de carros y medios asociados que reciba este último país).

Las necesidades se incrementan a la par que, cualquiera que sea el resultado de la guerra, todo lo que se envíe a Ucrania allí quedará. Asimismo, los nuevos carros crearán exigencias complementarias. Pasarán meses hasta que haya suficientes tripulaciones ucranianas formadas para operar solventemente, tanto individualmente (carro por carro) como integradas en unidades acorazadas, saltando de la 'cultura' de los carros de fabricación soviética/rusa, a la de una tecnología mucho más avanzada y de capacidades muy superiores. El mayor rendimiento de los carros se obtiene con su empleo veloz y en masa, así como operando en conjunción con infantería mecanizada. Condiciones que demandan, igualmente, que los apoyos, especialmente de combate, puedan operar en consonancia con las unidades apoyadas (ritmo, blindaje, capacidad de movimiento y municionamiento, entre otros). Igualmente, los modernos carros, para ser decisivos, necesitan de una eficaz cobertura aérea sin la cual serían presa fácil para la aviación rusa, mucho mayor, en volumen y potencia, que la ucraniana. Es decir, habrán de elevarse también las capacidades aéreas y antiaéreas de las fuerzas ucranianas, para que el teatro no se convierta en un saco sin fondo donde se consuman, sin reposo, los mejores recursos militares de los países donantes. ¿Exigirá Zelenski que se le faciliten cazabombarderos para enfrentarse a la aviación rusa?

España está fuertemente afectada por el nuevo escenario. Tenemos, aproximadamente, 110 Leopard 2 y 230 Leopardo (más modernos). La mitad de los primeros son chatarra en la AALOG 41, Zaragoza, y la otra repartida entre Ceuta, Melilla, CENAD de San Gregorio y las Academias de infantería y Caballería. Los Leopardos se reparten entre las tres brigadas mecanizadas (Córdoba, Badajoz y Madrid (El Goloso)) y Zaragoza (Caballería). Lo lógico sería enviar Leopard 2, más antiguos, pero eso debilitaría la defensa de Ceuta y Melilla, lo que no aconsejable, excepto si se repusieran con Leopardos de la Brigadas de la península. Pero, seguramente, el Sultán protestaría por el refuerzo a las dos ciudades.

SOBRE EL AUTOR
pedro pitarch

El autor es teniente general retirado del Ejército de Tierra. Fue jefe del Eurocuerpo y de la Fuerza Terrestre y director general de Política de Defensa en el Gobierno de Zapatero. Ocupó la jefatura de la División de Estrategia y Cooperación Militar del Estado Mayor de la Defensa, así como de la División de Logística del Mando Supremo de la OTAN.

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