Grecia, Sicilia, Libia y Lampedusa: los naufragios de embarcaciones de inmigrantes con más víctimas en el Mediterráneo de la última década

En lo que va de año 72.778 personas han llegado a Italia, España, Grecia, Chipre o Malta, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. De ellas, 71.136 han alcanzado estos países por mar, con fecha del 11 de junio de 2023. Sin embargo, 1.037 personas no han conseguido llegar y han muerto o desaparecido en el agua: esto es una media de casi siete personas al día, sin contar la última.

«Solo tristeza, e ira, después de otra tragedia mortal en el mar en el Mediterráneo», escribió en un mensaje en su perfil de Twitter el director de ACNUR, Filippo Grandi. En el texto, llamó la atención a los gobiernos sobre la necesidad de cooperar «para aumentar las vías seguras» y de que «trabajen juntos en soluciones colectivas para abordar estos flujos».

En esa línea se pronunció también la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen: «Debemos seguir trabajando juntos, con los Estados miembros y terceros países, para evitar tales tragedias», expresó en un mensaje de Twitter, en el que se mostró «profundamente triste» ante las muertes reportadas y «muy preocupada» por el elevado número de desaparecidos.

«Volvemos a exigir vidas legales y seguras para todos, vengan de donde vengan», expresó la ONG Open Arms, en Twitter, que precisamente este miércoles, ha informado en redes, se encontraba atendiendo a 106 personas en otro naufragio al sur de Lampedusa.

También se ha referido a la tragedia el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que en una rueda de prensa en la Moncloa, ha calificado de «dramático» lo ocurrido y ha hecho un llamamiento a Europa.

Según el proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM entre enero y marzo de 2023 murieron 441 personas en el Mediterráneo. Es el primer trimestre más mortífero desde 2017.

Al menos 79 migrantes murieron en un naufragio el pasado 26 de febrero en Steccato di Cutro, según informó la ONG Open Arms. De ellos, 24 eran niños de edades comprendidas entre unos meses y doce años y en total había 33 menores de edad.

Los 80 supervivientes de esta tragedia declararon que en la embarcación de madera viajaban hacinadas en torno a dos centenares de personas.

Habían partido varios días antes del naufragio desde las costas de Turquía y sus ocupantes procedían en su mayoría de Irak, Irán, Siria y Afganistán.

El 17 de agosto de 2020, al menos 45 personas, entre las que había cinco niños, murieron al explotar el motor del barco en el que se encontraban frente a la costa de Zwara, según informó la Organización Internacional para las Migraciones y la Agencia de la ONU para los Refugiados.

En esa tragedia sobrevivieron en torno a 37 personas que principalmente procedían de Mali, Ghana, Chad y Senegal.

114 personas perdieron la vida el 1 de julio de 2018 en el Mediterráneo. Según informó la OIM, a través de testimonios de los supervivientes, la patera en la que viajaban naufragó al este de Trípoli.

En total desaparecieron dos niños, 20 mujeres y 91 hombres tras hundirse el barco.

Días antes otras 104 personas, de las cuales tres eran bebés, perdieron la vida en otro naufragio en el Mediterráneo central, según informó la propia Organización Internacional para las Migraciones.

En abril de 2015 se produjo en la costa italiana una de las peores tragedias migratorias: cientos de personas, más de 700 según los testigos y más de 900 según supervivientes con los que habló el diario italiano La Repubblica, murieron en un naufragio en Sicilia. De ellos unas 200 eran mujeres y había entre 40 y 50 niños.

Los migrantes, según informaba ese diario, procedían de varios países, entre los que se encuentra Egipto, Somalia, Nigeria o Argelia, y estaban hacinados en el bote, que medía unos 30 metros de largo.

268 migrantes, de los que 60 eran niños, murieron el 11 de octubre de 2015 en el Mediterráneo por la descoordinación entre Italia y Malta.

El italiano L'Espresso explicó cómo el Nave Libra, el patrullero de la Marina Italiana, ignoró que el barco se estaba hundiendo, así como las llamadas de socorro de los migrantes, a pesar de encontrarse a hora y media de distancia de ellos.

A medio día desde el bote llamaron a la Guardia Costera de Italia, pero «legalmente», alegaron, se encontraba en aguas de Malta. Por eso, en una segunda llamada, al remitente le dicen que tiene que contactar con las autoridades maltesas. Este les dice que han hablado con ellos, pero que alegan que los barcos italianos están «más cerca».

Mientras tanto ambos países cruzan mensajes de fax sin ponerse de acuerdo en cómo actuar y el barco italiano tampoco recibe órdenes. Tres horas después de la primera llamada, vuelven a contactar desesperados desde el barco para pedir que hagan algo.

Después, pasadas las 17.00 horas, desde Malta reprochan a Italia que su barco no ha hecho caso a la solicitud de las fuerzas armadas de Malta de dar instrucciones para intervenir.

La sala de operaciones de Roma ordenó a los refugiados que se dirigiesen a Malta, pero tras cinco horas de espera el barco, en el que viajaban al menos 480 personas, se hundió.

Un barco que llevaba a unas 500 personas naufragó en octubre de 2013 cerca de la isla italiana de Lampedusa. Murieron al menos 130 personas y fueron rescatadas unas 150, según informó la Guardia Costera italiana.

Los ocupantes del barco procedían en su mayoría de Somalia y Eritrea, dijo la ONU, citada por la BBC. Al menos 200 personas desaparecieron en la tragedia.