Fuertes presiones aliadas para que Scholz envíe los Leopard 2 a Ucrania

El canciller Scholz reitera que ya ha enviado los sistemas defensivos IRIS-T y los antimisiles Patriot, los blindados Gepard y los Marder, pero se resiste a enviar o permitir el envío por parte de Finlandia o Polonia de los Leopard 2, de fabricación alemana. Prefiere evitar cualquier paso que sirva a Putin de excusa para extender el conflicto bélico a otros países europeos y apoyar a Ucrania sin implicarse más de la cuenta.

Pero difícilmente resistirá la presión internacional ejercida sobre su decisión en las últimas horas con vista a la reunión del Grupo de Contacto, de unos 50 países que apoyan a Ucrania y que se celebra hoy en la base militar estadounidense alemana de Ramstein. El anfitrión será el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, al frente de una operación diplomático-militar para poner a Scholz contra las cuerdas.

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Rosalía Sánchez

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Los ministros de Defensa de Estonia, Reino Unido, Polonia, Letonia, Lituania, Dinamarca, República Checa, Eslovaquia, Holanda y España firmaron ayer en Tapa una declaración conjunta denominada 'Compromiso de Tallin' en la que exigen entregas de armas pesadas y justifican su necesidad alegando que «el nuevo nivel de combate requerido solo se conseguirá mediante combinaciones de carros de combate, sistemas de defensa antiaérea y antimisiles, operando junto a grupos de artillería, así como elementos de alta precisión para apuntar a la logística y mando rusos en territorio ocupado». Algunos de los firmantes del documento no asistieron a la reunión, como la ministra letona de Defensa, Inara Murniece, o su colega polaco, Mariusz Blaszczak, a los que el mal tiempo retuvo en Varsovia, pero sus gobiernos no dejaron dudas sobre su posición.

El primer ministro polaco, Materusz Morawiecki, repitió la amenaza formulada la semana pasada, de enviar sus 12 Leopard a Ucrania incluso sin el consentimiento alemán que exigen las cláusulas del contrato de compraventa. «O llegamos rápidamente a un acuerdo o haremos nosotros lo correcto», dijo, «la aprobación alemana es ya un asunto secundario».

También con la intención de dejar en evidencia a Alemania, el Reino Unido adelantó en Tapa que enviará a Ucrania 600 misiles adicionales del tipo Brimstone, tras convertirse en el primer aliado europeo en acceder al envío de tanques pesados. También hay disposición por parte de Londres de entregar a Ucrania 14 unidades de tanques Challenger, junto a vehículos blindados de combate y abundante munición, según confirmó el ministro británico de Defensa, Ben Wallace.

El Gobierno estonio informó que, por su parte, tiene listo otro paquete de armas de artillería pesada de 155 mm y 122 mm, así como cientos de lanzagranadas antitanque, por valor de 113 millones de euros. La contribución de Estonia al arsenal de Ucrania asciende con ello en conjunto a 370 millones de euros, el 1 del PIB nacional. «Si la UE aportase la misma proporción de su PIB en ayuda militar a Ucrania, ascendería a 150.000 millones de euros», calculó el ministro de Defensa estonio, Pevkur.

Incluso Suecia, que todavía no pertenece formalmente a la OTAN, entregará a Kiev los cañones de largo alcance Archer que Zelenski pide desde hace meses, misiles antitanque portátiles NLAW y 50 blindados de combate de infantería CV-90. El sistema de artillería Archer, fabricado por BAE Systems, tiene un alcance de más de 30 kilómetros y puede superar los 50 con algunos proyectiles avanzados. El Gobierno sueco llevaba meses dudando sobre esta entrega y finalmente ha concluido que «el apoyo militar es ahora decisivo porque de él depende quién tome la iniciativa sobre el terreno en el próximo invierno», explicó ayer durante el anuncio de su decisión el primer ministro Ulf Kristersson. Canadá tampoco llega a Ramstein con las manos vacías y ofrece el envío de 200 blindados.

EE.UU., a la cabeza del Grupo de Contacto, ratificará hoy en Ramstein un nuevo paquete de 2.500 millones de dólares que incluye casi cien vehículos de combate Stryker. Austin tenía prevista ayer una reunión en Berlín con el ministro de Defensa alemán para forzar la aportación de los Leopard 2, pero la dimisión de la ministra Lambrecht y el precipitado aterrizaje en el cargo de su sucesor, Boris Pistoius, apenas una hora antes de recibir a Austin, redujo en encuentro a un tanteo.

Scholz en persona dejó caer el martes, en una conversación telefónica con Biden, que estaría dispuesto a permitir los Leopard con la condición de que EE.UU. a su vez enviase a Ucrania los Abrams, para evitar así que Putin, en su valoración, dividiese a la OTAN. Pero Biden no concibe que Alemania ponga condiciones a Washington, al igual que no entiende que Zelenski formule exigencias. Y según confirmaban anoche fuentes americanas en Berlín, su posición sigue siendo que los Abrams son «armas caras de mantener, difíciles de reparar y poco útiles ahora». Austin sugirió y esta es un arma pesada contra el perfil bajo de Scholz, reorientar la ofensiva de Kiev hacia la reconquista de Crimea.

Las reticencias del canciller alemán están siendo además duramente criticadas por la oposición conservadora alemana, que ayer forzó una moción en el Bundestag para debatir el asunto de los Leopard y acusó a Scholz de «dividir Europa» con su negativa.