Estados Unidos confisca el avión venezolano-iraní que estuvo retenido en Argentina casi dos años

Se trata de un avión de carga Boeing 747-300M perteneciente a la firma estatal venezolana Emtrasur, que es filial de Conviasa, la aerolínea bandera de Venezuela. Según explicó este lunes el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un comunicado, había sido vendido por una aerolínea iraní que recibió sanciones por violar las leyes federales de control de exportaciones.

Luego de haber pasado casi dos años en territorio argentino, la aeronave se encuentra ahora en Florida, en un aeropuerto cuyo nombre no ha sido revelado por cuestiones de seguridad. Las autoridades norteamericanas tienen sospechas de que era usada para realizar tareas de inteligencia vinculadas al terrorismo internacional.

El avión había llegado al país sudamericano con varias autopartes, aunque las autoridades estadounidenses sospechan que la tripulación tenía otra misión. De hecho, el piloto de la aeronave era Gholamreza Ghasemi, un iraní que era directivo de la firma Fars Air Qeshm, relacionada con grupo terrorista Hezbollah. 

Cabe recordar que el avión pertenecía a inicialmente a la empresa iraní Mahan Air, a la que Washington acusaba de apoyar a las Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, considerada por Estados Unidos una organización terrorista. El decomiso fue solicitado por el juez argentino Federico Villena tras una solicitud de la Justicia y el Gobierno del presidente Joe Biden habida cuenta de la transferencia irregular que se habría hecho de la aeronave por parte de su anterior propietaria.

La historia se remonta a 2022, cuando el Departamento de Justicia de EE.UU., con la ayuda de la Fiscalía Federal en Miami, logró obtener una orden de incautación. A partir de ese momento, el avión no volvió a despegar hasta esta semana, y se mantuvo en tierra en Buenos Aires, ciudad que abandono este lunes.

El avión había aterrizado en capital argentina el 6 de junio de 2022 con una carga de autopartes. Dos días después, intentó volar a Uruguay para cargar combustible, pero el gobierno de ese país le impidió el ingreso a su territorio. Ese año la Justicia argentina decidió retener a la tripulación de la nave, integrada por quince venezolanos y cuatro iraníes.

En 2023 la Justicia dictó la falta para el comandante, el copiloto y tres integrantes de la tripulación – es decir: no encontró elementos para sobreseerlos ni para procesarlos-. Ya había sobreseído al resto de la tripulación del avión. Por ello, se les autorizó a dejar Argentina.

La noticia de la llegada del avión a Estados Unidos no ha sido tomada con indiferencia por Venezuela. El canciller, Yván Gil, se refirió en las redes sociales al asunto. Allí difundió un comunicado este lunes en el que se refiere a la confiscación como un «robo descarado».

Además, consideró que se habían violado «todas las normas que regulan la aeronáutica civil, así como los derechos comerciales, civiles y políticos que asisten a la referida empresa, colocando en riesgo la seguridad aeronáutica de la región».