Eslovaquia elige presidente a Pellegrini, amigo de Orbán y partidario de Putin

La estabilidad de la coalición gubernamental formada por los populistas de izquierda de Fico, socialdemócratas y ultranacionalistas, queda reforzada. «Hemos enviado la clara señal de que la coalición se mantiene estable», dijo Pellegrini de madrugada, tras publicarse un resultado a su favor más abultado del que se esperaba, casi un 70% más de votos que en la primera vuelta gracias a que se ha quedado con los votos de los candidatos nacionalistas eliminados.

El Gobierno de Fico, en el poder desde el pasado otoño, ha supuesto un giro radical en la política exterior de Eslovaquia, que ha dejado de suministrar armas a Ucrania y ha culpado Kiev de provocar la guerra, abogando por una negociación de Kiev con Rusia para poner fin al conflicto incluso sin garantías de integridad territorial para los ucranianos. En casa ha legislado la eliminación de la Fiscalía Especial Anticorrupción, medida interceptada en parte por el Tribunal Constitucional, y normas de control de los medios de comunicación y las ONG, a las que priva de financiación internacional.

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A partir de ahora, contará en la Presidencia con un apoyo a sus políticas. Pellegrini ha intensificado durante la campaña aún más su discurso sobre una «paz» en Ucrania, para tratar de atraer a los votantes de Stefan Harabin, que quedó tercero hace dos semanas con su mensaje contra la OTAN y de neutralidad en política exterior. «Nunca permitiría que un soldado eslovaco entre en Ucrania. Hay que hacer todo lo posible para que la gente no se mate entre ellos, en ambos lados», dijo en el último debate en televisión.

Pellegrini es líder de Hlas (La Voz), el partido que forma Gobierno con Smer, de Robert Fico, y con el ultranacionalista SNS. Tanto Smer como Hlas han sido suspendidos del grupo de los socialdemócrata europeo por ese pacto con los ultras. Se formó políticamente junto a Fico y su carrera política ganó impulso en 2014, hasta llegar a la Presidencia del Parlamento, su actual cargo. Es una reconocido hombre de confianza de Fico, que en 2018 le cedió el puesto de primer ministro cuando se vio obligado a dimitir por el asesinato a manos de agentes del Estado de Ján Kuciak, un periodista que investigaba los vínculos entre el crimen organizado y el poder político.

Pellegrini fundó en 2020 su propio partido político, buscando distanciarse de Fico, al que entonces se consideraba acabado políticamente debido a los casos de corrupción en los que estaba implicado, pero su relación personal se ha mantenido intacta, al margen de la estrategia política. Rechaza tajantemente la entrada de Ucrania en la OTAN y desea una Eslovaquia más autoritaria.

Una de las claves de su victoria ha sido su capacidad para movilizar a la principal minoría étnica del país, los húngaros, que suponen un 10% de la población y que apenas participaron en la primera vuelta, mientras que en esta segunda lo han hecho en masa, animados expresamente por Viktor Orbán desde Budapest. «Agradezco a las minorías étnicas su confianza, es mi misión no decepcionarlos», dijo el vencedor tras hacerse público el resultado. «Seré un presidente que respete el encuadre internacional, los intereses del país y de sus ciudadanos, y que hará todo lo posible para apoyar al gobierno para que cumpla su programa», añadió.

Ivan Korcok, por su parte, lamentó que estos comicios hayan sido «decididos por el miedo» y criticó también que el equipo de su rival haya «privatizado el patriotismo» como parte de su campaña electoral.

Fico felicitó a Pellegrini y reafirmó la estabilidad de la coalición gobernante en «la resolución de los problemas prácticos» en una rueda de prensa de madrugada. Antes de la toma de posesión, Hlas-SD celebrará una gran asamblea en la que elegirá a un nuevo presidente del partido. El ministro del Interior, Matus Sutaj Estok (Hlas-SD), celebró la victoria con Pellegrini, y auguró «los mejores tiempos» para el actual Gobierno.

Zuzana Caputová, líder de la oposición, felicitó a Pellegrini por teléfono y declaró que «en cada elección libre, una parte de la sociedad está contenta y otra está decepcionada. Es importante que, desde el momento de su elección, el nuevo presidente actúe de tal manera que ninguna parte de la sociedad se sienta derrotada. Para que la alegría de la victoria vaya de la mano con el conocimiento del servicio para todos los ciudadanos de Eslovaquia, no solo para aquellos que lo eligieron».