Así se prepara Estados Unidos ante una posible lluvia ácida radiactiva

Las constantes amenazas de ataques con armas nucleares  que ha ido lanzando el mandatario ruso, junto con el fracaso militar que están viviendo las tropas del Kremlin en su ofensiva, ha hecho que muchos comiencen a prepararse para hacer frente a las consecuencias. Estados Unidos es uno de los países que ha avanzado en materia de protección frente a algunos de los efectos más adversos de las guerras nucleares: la radiación y la lluvia ácida.

Estados Unidos lleva meses en alerta ante la iniciativa de Rusia de comenzar a emplear armas nucleares en el conflicto de Ucrania. De esta amenaza ya habló el presidente del país, Joe Biden, que advirtió del peligro de un posible «Armagedón» a raíz de una escalada nuclear en la guerra: «Por primera vez desde la crisis de los misiles en Cuba, tenemos una amenaza directa del uso de un arma nuclear si, de hecho, las cosas continúan por el camino que van».

Ante esto, el Gobierno del país americano ha anunciado la compra de un fármaco utilizado en emergencias radiológicas y nucleares, tal y como ha confirmado el portal Gizmodo. Más de 290 millones de dólares irán destinados a la compra de Nplate, un medicamento contra la radiación que formará parte de las reservas del país para «emergencias radiológicas y nucleares».

Este fármaco está diseñado para tratar el recuento bajo de plaquetas en la sangre y «reducir el sangrado inducido por la radiación». Su uso como tratamiento para las personas expuestas de forma aguda a la radiación, motivada en muchas ocasiones por los efectos que puede tener la lluvia ácida que produce el uso de un arma nuclear, fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos en 2021.

Junto a esta compra de medicamentos también se ha lanzado una campaña para informar y alertar sobre las posibles consecuencias de la radiación. De hecho, en algunas estaciones de tren de Port Authority Trans-Hudson (PATH) ya se advierte sobre lo que se debe hacer en el peor de los casos: refugiarse en un sótano o en medio de un edificio y permanecer allí para evitar la exposición a la radiación, además de mantenerse informados a través de radio, televisión, ordenador o dispositivo móvil.