Arranca el G-20 buscando una solución a la guerra de Ucrania

Escondido en su búnker ante la retirada de sus tropas en el frente, Putin ha enviado a su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, y no es probable que aparezca. Por su parte, Zelenski podría intervenir a través de videoconferencia como ha hecho en otros foros internacionales.

Al margen de su asistencia real o virtual, el conflicto ucraniano estará presente tanto en el plenario de sus mandatarios como en las reuniones que se celebren en los márgenes de la cumbre. Una de ellas será la que el secretario general de la ONU, António Guterres, mantendrá con delegaciones de Rusia y Ucrania para prolongar el acuerdo firmado el 22 de julio en Estambul que permite la salida de los cargueros con grano procedentes del Mar Negro.

Así lo confirmó Guterres en una rueda de prensa ayer, el mismo día en que medios internacionales publicaban que el ministro Lavrov había sido hospitalizado tras su llegada a Bali. Para desmentirlo, aparecía en un vídeo en su hotel revisando unos documentos y ataviado con pantalón corto y una camiseta con el apellido del famoso pintor estadounidense Basquiat.

Otra de las conversaciones en que probablemente surja Ucrania será la que tenga el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, con Xi Jinping. Tras la llegada ayer de Sánchez, su encuentro está previsto hoy a las 18:00 horas (11:00 de la mañana en España).

Pero una cosa es lo que hablen y otro lo que logren. Anoche, mientras inspeccionaba el centro de prensa rodeado de una nube de periodistas, preguntamos al presidente indonesio, Joko Widodo, si saldrá de Bali un acuerdo para Ucrania. «Eso espero», contestó sin dar detalles y entre risas.