El G7 acuerda una declaración de llamada a la paz y de apoyo a Israel, con Trump entre los firmantes

«Nosotros, los líderes del G7, reiteramos nuestro compromiso con la paz y la estabilidad en Oriente Medio», arranca la declaración, también firmada por Trump, pese a que durante el día su delegación filtró que el presidente de EE.UU. no estaba por la labor de acordar un texto.

«En este contexto, afirmamos que Israel tiene derecho a defenderse. Reiteramos nuestro apoyo a la seguridad de Israel», defiende el comunicado, pese a la creciente distancia de algunos de los miembros con el Gobierno de Benjamin Netanyahu, después de más de año y medio de guerra en Gaza y tras un ataque muy arriesgado a Irán.

«Irán es la principal fuente de inestabilidad y terrorismo en la región. Hemos sido siempre claros acerca de que Irán no debe nunca tener armas nucleares», asegura el texto que, sin embargo, incluye referencias a favor de que terminen las hostilidades.

«Afirmamos la importancia de la protección de civiles», proclama la declaración, y añade ante la posibilidad de una guerra total y que se convierta en un conflicto regional: «Urgimos a que la resolución de la crisis en Irán lleve a una desescalada más amplia de las hostilidades en Oriente Medio, incluido un alto el fuego en Gaza», añade el texto, con una reseñable inclusión de la Franja palestina, cuya crisis humanitaria es cada vez más incómoda para las potencias occidentales, pese al decidido apoyo a Israel.

«Seguiremos atentos a las implicaciones para los mercados energéticos internacionales y estamos listos para coordinarnos, también con socios afines, para proteger la estabilidad del mercado», concluye el comunicado. La emisión del comunicado, incluida la firma de Trump, es una victoria para el país organizador de la cumbre, Canadá, en medio de fuertes tensiones del Gobierno de EE.UU. con los países miembros.

Desde su regreso al poder, Trump ha dado una patada al tablero del orden internacional -desde su creciente afinidad con la Rusia de Vladimir Putin y sus desaires a Ucrania y a su presidente, Volodimir Zelenski, a la guerra comercial desatada a principios de abril- y se temía que la reunión del G7 acabara en bronca. De momento, ha acabado con una salida antes de tiempo de Trump, que decidió regresar a Washington la noche del lunes, un día antes de lo previsto, ante el empeoramiento de la situación en Oriente Medio. Pero el adiós de Trump se ha producido al menos con un mínimo consenso, y aunque fuera con un texto diluido y sin grandes pretensiones de logros diplomáticos.

EE.UU. ya había dejado saber que no participaría en el habitual comunicado conjunto que cierra las reuniones del G7 y en el que los países miembros exponen compromisos y objetivos comunes. Al menos, Trump sí ha participado en una declaración específica sobre Oriente Medio. El regreso de Trump, sin embargo, desbarata buena parte de la agenda restante para la cumbre. El presidente de EE.UU. tenía previsto verse, entre otros, con Zelenski este martes, un día en el que iban a proseguir conversaciones sobre su agresiva política comercial y sobre su cada vez más cuestionado apoyo a Ucrania.

«Ojalá pudiera quedarme mañana, pero ellos lo entenderán», aseguró Trump en referencia al resto de países miembros. Unas horas antes, Trump había recomendado «a todo el mundo» que saliera de inmediato de Teherán y había ordenado la reunión de su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca para seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos en Oriente Medio.