CHILE
La revuelta llega a los barrios ricos
Los estudiantes evalúan la celebración de un plebiscito sobre sus propuestas
LIBIO PÉREZ
Los estudiantes chilenos amenazaron ayer con nuevas protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera si el ministerio de Educación no acoge las demandas de gratuidad de al menos parte del sistema educativo y de que las universidades privadas dejen de lucrarse. Así lo anunciaron los ... dirigentes Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), el organismo que ha liderado las movilizaciones en los últimos tres meses.
La jornada de movilizaciones del martes finalizó con 396 detenidos en todo Chile —211 de ellos en Santiago— y con 78 heridos de menor consideración —55 de los cuales son policías— según informó ayer el viceministro del Interior, Rodrigo Ubilla. Al término de una marcha en la capital, que inundó más de 30 manzanas y concentró a unas 120.000 personas, se produjeron los incidentes más violentos, cuando unos 500 «encapuchados» intentaron llegar al palacio de La Moneda. El alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, valoró los daños en los incidentes en unos 100.000 euros.
Por la noche, miles de personas salieron a las calles en más de 25 ciudades en una «cacerolada» contra el gobierno. La protesta pacífica llegó incluso a barrios acomodados de Santiago, como Vitacura y Las Condes. En barrios de clase media, como Ñuñoa, este tipo de manifestaciones se han realizado a diario desde hace una semana. Mientras sonaban las cacerolas, en algunos puntos de Santiago, Valparaíso, Temuco y Concepción, jóvenes de barriadas populares levantaron barricadas.
Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de Chile (FECh), dijo que si el gobierno no responde a sus demandas, el movimiento estudiantil continuará con las protestas y que evalúa la opción de organizar un plebiscito para que sea la ciudadanía la que decida qué tipo de sistema educativo quiere para el país. La dirigente explicó que «hay una confrontación clara entre dos paradigmas educacionales, uno que defiende la lógica neoliberal y de mercado como ente regulador de la educación y, por otro lado, un modelo que reafirma el compromiso del Estado para asegurar una educación pública, de calidad, gratuita, democrática, pluralista y multicultural». Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, aseguró ayer que la propuesta gubernamental «fue quemada en la calle», incluso antes que venciera el plazo que dieron los estudiantes al ministerio de Educación.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete