Papademos, el candidato preferido por los mercados

Los griegos no salen de su asombro. La semana pasada comenzó con el anuncio de la convocatoria de referéndum y la solicitud del voto de confianza que pidió Papandreu. El político socialista decidió que ya no podía seguir con el peso de las negociaciones y del nuevo acuerdo de rescate financiero sin la ayuda de su Gobierno y del pueblo griego.

Las cosas han ido de mal en peor. El referéndum se vió anulado el pasado jueves por el propio Papandreu tras las reacciones en su contra. En el debate parlamentario anterior al voto de confianza fue criticado y casi crucificado por toda la oposición y gran parte de su partido. Se habló de mala gestión, retrasos, de distanciamiento con el electorado...

En su último Consejo de Ministros, ayer a mediodía, consiguió el acuerdo de todos sus ministros para que tuvieran preparada su dimisión. Durante ese consejo, el ministro de Finanzas saliente, Evangelos Venizelos, declaró que «hasta ahora en Europa nos acusaban de muchas cosas. Desde ahora empezarán a darnos crédito».

El portavoz gubernamental, Ilías Mosialos, declaró entonces que pronto habría una solución con el nombre del nuevo primer ministro. Pero las horas pasaban y no se anunció ningún nombramiento. Al cierre de esta edición, las negociaciones entre el hombre clave, Lucas Papademos, y los representantes de los conservadores y los socialistas no habían llegado a buen puerto. No se descartaba que hoy prosiguieran las conversaciones.

Al parecer los negociadores hablaron sobre la existencia de dos vicepresidencias, una conservadora y otra socialista, así como del nombramiento de ministros de ambos partidos.

Andonis Samaras, el líder de la oposición y presidente del partido conservador Nueva Democracia, puso varias condiciones para que su partido participara en el gobierno de unidad nacional. La primera y principal era la dimisión del primer ministro, Papandreu, cuya política definió como peligrosa para Grecia. Y lo ha conseguido. La segunda es que las elecciones generales se celebren lo antes posible, una vez que está asegurado el rescate y la quita de su deuda.

Papademos consideraba que esta fecha limitaba la eficacia del gobierno de transición. El ex vicepresidente del BCE insistía en que quería llevar la voz cantante en la gestión económica y que hubiera ministros conservadores en el nuevo Ejecutivo. Los conservadores, según las últimas filtraciones, podrían haber conseguido las carteras de Defensa, Justicia e Interior, casualmente más relacionadas con las cuestiones electorales.

Nueva Democracia quiere ganar las próximas elecciones y se prepara desde ahora para ello. Las carteras más difíciles y las que más preocupan a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional son la de Finanzas (en principio en manos de los hombres de Papademos) y las de Sanidad, Trabajo, Transporte, Reformas Administrativas e Infraestructuras. Son los ministerios relacionados con unas reformas estructurales decisivas, que los gobiernos anteriores han ido aplazando por su elevado coste político.