Siria levanta la prohibición del velo total para aliviar la presión de las protestas

Desde su llegada al poder hace 48 años, el partido nacionalista laico Baas ha mantenido una política de persecución sistemática de los grupos islamistas sirios, que tienen en el uso del velo completo una de sus banderas. En 1982, el padre del actual presidente, Hafez al Assad, llevó a cabo una cruenta represión contra un levantamiento de los Hermanos Musulmanes, que se saldó con miles de muertos.

Tras sucederle en el poder, su hijo llevó a cabo una política más conciliatoria con los movimientos islamistas tanto suníes como chiíes. La presencia del velo islámico se disparó de modo insólito en las calles de las ciudades sirias, y hace un año el presidente Bashir el Assad decretó la prohibición del uso del niqab, el equivalente en Oriente Próximo del burka afgano.

El carácter laico del régimen sirio no oculta algunas paradojas. Por ejemplo que la política exterior antiisraelí de Damasco esté construida sobre la base de una alianza con dos movimientos radicales islamistas, el libanés chií Hizbolá y el palestino suní, Hamás.

El levantamiento de la prohibición del velo completo se compagina con las concesiones y promesas hechas por Assad hacia la oposición secular y liberal, que es la fuerza más importante detrás de las protestas de estas últimas semanas saldadas con numerosos muertos. La promesa más importante –el levantamiento del estado de emergencia, que rige en Siria desde 1962 y justifica muchos de los atropellos contra los derechos humanos- será aprobado por el Parlamento sirio, marioneta de Assad, en los próximos días.