Zelaya volverá a Honduras a pesar del ejército y no aceptará un líder golpista en el Gobierno de Unidad

"El presidente puede hablar sobre un Gobierno de reconciliación, pero no sobre uno que incluya a personas que tomaron parte en el golpe", dijo Fajardo a la agencia a través de una conversación telefónica desde Managua.

Fajardo expresó que Zelaya también estaba de acuerdo con la propuesta de volver al poder hasta el final de la legislatura pero que alguno de los siete puntos expuestos por el presidente costarricense, Oscar Arias, todavía están pendientes de negociación.

Manuel Zelaya declaró ayer que estaba de acuerdo con la propuesta de Oscar Arias de formar un Gobierno de unidad. "Estamos de acuerdo, pero sólo si todos los poderes del Estado se integran en él", afirmó Zelaya en declaraciones a Radio Globo.

La esposa de Manuel Zelaya, Xiomara Castro, y una hija suya encabezaron hoy una concentración en Tegucigalpa, en la que anunciaron que el presidente depuesto estará en "pocas horas" en Honduras, mientras grupos opositores marcharon en Tocoa (noreste).

"En pocas horas el presidente va a estar aquí, no importan las bayonetas o las ametralladoras que estos gorilas quieran usar", dijo Castro en el bulevar Fuerzas Armadas, en la capital hondureña.

"Vamos a seguir hasta el final, no hay portones, no hay muros grandes [...] no vamos a retroceder", señaló la esposa de Zelaya en declaraciones recogidas por los medios regionales. "No aceptamos la represión, la injusticia, ni que se rompa el orden institucional, mucho menos que en nuestro país exista un régimen de facto comandado por militares y algunos malos ciudadanos. Por eso estamos en pie de lucha", añadió.

En momentos en que las comisiones que representan a Zelaya y al nuevo mandatario del país, Roberto Micheletti, participan en la segunda ronda de conversaciones en Costa Rica, Castro sentenció que la restitución de su esposo "no es negociable". "Se tiene que restituir, creo que esa es una de las posiciones que no son negociables. Cualquier otra cosa puede ser negociable, menos la restitución del presidente", agregó.

Denunció que soldados ocuparon el jueves la casa de la familia de Zelaya en la localidad de Catacamas, departamento oriental de Olancho, pero destacó que "el pueblo marchó" y logró entrar. "Y ahora ellos son los que están ahí cuidando la casa", destacó la esposa del gobernante depuesto, quien aseguró, en un discurso dirigido a los presentes, que su familia es víctima de "represiones".

Hortencia Zelaya, hija del presidente depuesto, anticipó ante los asistentes el inminente retorno de su padre, quien fue desalojado del poder por un grupo de militares el pasado 28 junio y ese mismo día el Parlamento designó en su reemplazo a Roberto Micheletti, hasta entonces titular del Legislativo. "Está próximo a venir a Honduras, él va a venir a verse con ustedes, a abrazarlos", aseguró ante los manifestantes.

La hija de Zelaya preguntó por qué si el Gobierno de Micheletti lo acusa de delitos no lo dejan entrar en el país. "Es un golpe de Estado, hay que decirlo, es un golpe de Estado lo que ha ocurrido en el país", añadió.

Muchos participantes en la concentración lucían sombreros con el nombre de Zelaya, portaban banderas del gobernante Partido Liberal, mantas y pancartas, y gritaban consignas como "¡Fuera golpistas!", "¡Urge Mel!" y "¡Queremos a Mel!", entre otras.

Por otra parte, grupos opositores a Zelaya, que en los últimos días también se han movilizado en Tegucigalpa y otras ciudades, celebraron hoy una marcha en Tocoa (noreste) para "pedir por la paz y la democracia", dijo a la prensa Iris Rodríguez, una de sus dirigentes.

En Tegucigalpa, grupos de jóvenes que participan en la Unión Cívica Democrática que rechaza el regreso de Zelaya, comenzaron a borrar con pintura las consignas a favor del depuesto presidente en algunos edificios como la catedral, en la que, entre otros mensajes, había algunos muy duros contra el cardenal Oscar Andrés Rodríguez.