El volcán causa 1.500 millones de pérdidas por productividad

El cierre del espacio aéreo, que impide a miles de pasajeros incorporarse a sus puestos de trabajo, ha dado lugar a unas pérdidas de 1.500 millones de euros derivadas del descenso de productividad, según un informe que publicó ayer Royal Bank of Scotland. El coste en el transporte de mercancías, sin embargo, será más reducido, ya que en Europa tan sólo un 1% de las mercancías se traslada por avión.

Los daños colaterales del cerrojazo aéreo se hicieron notar, sobre todo, en la magullada economía griega, donde el aplazamiento de una reunión del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea disparó la prima de riesgo de los bonos helenos. Pero no fue el único afectado. El temor a que la nube de ceniza perjudicase el turismo turco hizo descender la cotización de la divisa del país otomano hasta el nivel más bajo de los 10 últimos días. El intercambio comercial también se resintió, menoscabando a economías frágiles y exportadoras de bienes primarios, como Kenia.

Si el cao aéreo se prolongase hasta los 16 días, los efectos sobre el transporte podrían extenderse a los distintos componentes de las economías europeas. Los analistas observan con lupa la reacción de aseguradoras, agencias de viajes y de la industria de los carburantes. Según un informe de Schroders, en una economía como la británica, donde la industria de la aviación supone un 0,53% del PIB, el crecimiento del Reino Unido podría descender un 0,1%.

El auxilio de la UE

Las compañías aéreas, por su parte, se disponen a hacer frente común para enfrentarse a una crisis sin precedentes. British Airways anunció en un comunicado que las aerolíneas europeas han solicitado el apoyo económico de los países miembros ante una situación «más considerable» que el 11-S.

De media, según destacó ayer la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), las medidas impuestas por las autoridades europeas restan cada día 250 millones de dólares diarios (185 millones de euros) en ingresos no percibidos. En total, se cuantifican aproximadamente 1.000 millones de euros en pérdidas.

A pesar de que la Unión Europea ha anunciado que efectuará una investigación para evaluar las pérdidas y la Comisión habilitará un marco como el del 11-S para canalizar las ayudas, el presidente de la IATA, Giobanni Bisignani, criticó la gestión de Bruselas. «Ya hemos ido lo suficientemente lejos en esta crisis para expresar nuestra insatisfacción sobre cómo lo han manejado los gobiernos, sin análisis de los riesgos, sin consultas, sin coordinación y sin liderazgo».

Bisignani, junto a organizaciones corporativas españolas como ACETA (Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo), reclaman la modificación de los protocolos de actuación y la metodología para establecer los límites de vuelo, al mismo tiempo que urgió a las autoridades internacionales a acordar fórmulas para «reabrir de forma flexible el espacio aéreo».

Para las aerolíneas la mayor parte de los costes se desprenden de la atención de los pasajeros afectados, que Citi -tomando como referencia a British Airways- eleva a 9 millones de euros al día, 45,4 millones en total hasta la fecha por cada compañía. La agencia estadounidense señala que Lufthansa destaca como la aerolínea con más pérdidas por este motivo (de 35 a 50 millones diarios), mientras que las empresas de bajo coste, Easyjet y Ryanair, las que menos (4 millones).