Los Verdes renuncian a limitar la velocidad de circulación en las autopistas alemanas

En el programa electoral de Los Verdes se decía que el partido quiere una «velocidad de seguridad» de 130 km/h en las autopistas. «Si por razones especiales se hace necesario, como en las cercanías de ciudades, áreas metropolitanas o en sus alrededores, se aplicará un máximo de 120 km / h». El programa de elección del FDP , por su parte, afirmaba: «Los límites de velocidad y las prohibiciones de conducción de vehículos con motor diésel no son ni progresista ni sostenibles». «Cuando se trata de movilidad, los programas electorales de los dos partidos son a veces significativamente diferentes», reconoció anoche el portavoz de política de transporte del grupo parlamentario liberal (FDP), Oliver Luksic , señalando varios puntos problemáticos a la hora de formar juntos un gobierno: «los liberales defendemos a los automovilistas, en lugar de apostar por políticas simbólicas como los límites de velocidad y por las prohibiciones de motores de combustión, nos preocupamos por la movilidad asequible, sostenible e innovadora». Todavía más claro habló la portavoz del FDP en materia de Transporte: «No queremos un límite de velocidad general, ni tiene sentido para la protección del clima o la seguridad vial, es una política puramente simbólica, que rechazamos». Apenas unas horas después, el presidente del grupo parlamentario de Los Verdes, Anton Hofreiter , abjuró de la promesa electoral del límite de velocidad y, en una entrevista concedida a Rheinische Post y publicada esta mañana anuncia que: «No creo en hacer de las promesas electorales individuales una condición para formar gobierno porque complica las negociaciones y no hace justicia a nuestra tarea». «Ahora no se trata de guiones, sino de un cambio hacia la neutralidad climática, el progreso y la justicia», anotó como epitafio a los 130 kilómetros por hora como tope.

Esta concesión ilustra la disposición a dar pasos atrás de los verdes, compartida por los liberales, lo que augura una negociación relativamente rápida, aunque esto signifique sin duda unas cuantas semanas, y en la que se escenifiquen ciertos roces de cara a las respectivas parroquias pero en la que nada llegue a impedir el acuerdo. Ambos partidos quieren profundizar sus conversaciones a lo largo del día de hoy. La segunda ronda de las llamadas «exploraciones preliminares» se centrará más específicamente en el contenido y los objetivos de una posible coalición y en ellas participan diez representantes cada una de las formaciones políticas. A partir del domingo, el Partido Socialdemócrata (SPD ), como la fuerza más votada en las elecciones federales, entrará en las conversaciones. Y seguidamente lo hará también la CDU, que no descarta por completo una coalición alternativa encabezada por los liberales.

El vicepresidente del grupo parlamentario del FDP, Michael Theurer , ve como una tarea prioritaria en las conversaciones buscar un terreno común para formar un gobierno. «No se trata de enfatizar las diferencias entre las partes en posiciones individuales», ha respaldado la concesión, «lo que se necesita un gobierno estable». «Para que la coalición de gobierno pueda ser un éxito para el país y la gente, se requiere confianza, una idea unificadora de progreso y coraje de todos los socios, especialmente para unir la protección del clima, la economía y el empleo de manera integral» ha señalad como tono general de unas negociaciones en las que admite que su partido hablará tanto con el SPD como con la CDU. «El FDP representa la economía social de mercado, la protección del clima a través del progreso tecnológico y un sistema de comercio de emisiones basado en el mercado con un límite de CO2 y apertura tecnológica», ha marcado como líneas rojas.

En las encuestas, los alemanes son partidarios mayoritariamente de una «coalición semáforo» liderada por Olaf Scholz. En el sondeo semanal Trend Deutschland de la cadena de televisión pública ARD, dos tercios de los encuestados creen que el candidato conservador Armin Laschet debería dimitir y el 60% de los simpatizantes de su propio partido es de esa misma opinión. Uno de cada dos electores prefiere la «semáforo», mientras que solo el 18% apuesta por «Jamaica», que reuniría a la CDU con liberales y verdes. También hay un 24% que no considera que Alemania pueda abordar un «nuevo comienzo» con ninguna de esas coaliciones y ve con pesimismo un resultado electoral sin ningún partido lo suficientemente fuerte como para abordar un gobierno en solitario.