Temer: «Si quieren, que me derriben»

En la entrevista, Temer niega pasajes d el audio grabado por el empresario Joesley Batista , y se explica por haber recibido al ejecutivo en medio de la noche, a escondidas, sin citar el encuentro en su agenda, como está previsto en la ley brasileña. «¿Fue un error?», le preguntan los periodistas. «Sí, digamos, un hábito», responde Temer.

El mandatario declaró que no sabía que Batista estaba siendo investigado, cuando en marzo ya era público que su empresa, la industria cárnica JBS, respondía tres procesos de fiscalización. Temer tampoco admite vínculos con el diputado Rodrigo Rocha Loures, que presentó a Batista en el audio como alguien de su «extrema confianza». Loures fue filmado en la investigación recibiendo una maleta con medio millón de reales de las manos de un ejecutivo de JBS. «Siempre tuve convicción de que él (Loures) tenía muy buena índole. Pero no apruebo ese gesto», respondió Temer a la pregunta: «¿Qué buena índole sería esa?».

El presidente, que llamó a Batista de «criminal» y «fanfarrón», afirmó que «fue ingenuo» al recibirlo. Irritado con los periodistas, Temer dijo que no está perdido, que revelará su fuerza política y acusó a una emisora de TV, la cadena Globo, de bombardearlo.

El grupo de comunicación Globo, el más importante del país viene presionando para su salida. El diario O Globo pidió la renuncia de Temer en su editorial por motivos morales y éticos. Los noticieros y principales programas de la cadena Globo han desmenuzado detalles del audio y mostrado hasta el cansancio los videos de las confesiones de Batista a la fiscalía, así como los pasajes que muestran a Loures recibiendo dinero.

Temer sigue, a su vez, acorralado por la fiscalía y por la Corte Suprema que han mantenido la investigación por corrupción, obstrucción de justicia y organización criminal. Algunos partidos aliados han salido del Gobierno y otros, evitan contactos públicos con el presidente, mientras evalúan que rumbo tomarán.

Movimientos sociales y sindicatos han organizado marchas para este miércoles con expectativas mejores que las del domingo. Durante el fin de semana, decenas de millares de brasileños salieron pidiendo la renuncia de Temer y elecciones directas, pero las lluvias y el frío, especialmente en São Paulo, desanimaron a muchos.

En un escenario indefinido, todos esperan una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE), que el 6 de junio votará si hubo o no irregularidades en la formula presidencial que eligió a Dilma Rousseff y a Temer en 2014. El TSE puede optar por la anulación de la elección de Rousseff o de ambos, lo que abriría el camino para una elección indirecta en el Congreso.