Sarkozy habría pedido «pequeños favores sexuales» a cambio de subvenciones

En algunas ocasiones, afirma Guillaume, Sarkozy habría pedido «pequeños favores sexuales» a una señora conservadora, de 58 años, «Madame P.», que lo habría visitado en el Elíseo para pedir subvenciones.

Según Guillaume, Sarkozy se habría dirigido a «Madame P.», en un salón del Elíseo, en estos términos: «Anda, se amable» [ .. ] “¿No ves cómo estoy?» [ .. ] «No me puedes dejar así. Anda, mujer, se comprensiva. No te pido gran cosa..» . Tras ese diálogo, el presidente y «Madame P.» habrían desaparecido una quincena de minutos, para reaparecer «muy relajados».

Marie-Cécile Guillaume era directora de gabinete de Patrick Devedjian, presidente del Consejo de Hauts de Seine, rival político de Jean Sarkozy, que aspiraba conquistar el feudo electoral controlado por Devedjian. Y ha contado esa historia en numerosos programas de radio y tv. Sarkozy ha preferido dejar sin respuesta conocida, hasta hoy, todas las «revelaciones» y afirmaciones escandalosas de una obra que no es ni una novela ni un documento.

«El Monarca, su hijo, su feudo» es una «parábola». C on nombres imaginarios, pero perfectamente identificables , se cuenta una historia política del departamento de Hauts de Seine en unos términos devastadores para Sarkozy y sus amigos políticos.

Entrevistada por el «Nouvel Observateur» , Guillaume añade nuevas revelaciones. Según ella, Jean Sarkozy habría comentado en términos muy poco amables el «nomadismo» sexual de su padre.

En una ocasión, Guillaume afirma haber sido testigo de la llegada de dos señoritas, «rubias imponentes», al despacho de Jean Sarkozy. Ella le habría comentado, en broma: «Vaya, vaya... no te privas de nada...». Jean Sarkozy le habría respondido: «¿Porqué dices eso? Yo no heredado todas las taras de mi padre ...»