Rubalcaba no logra salvar el acuerdo antiterrorista entre la UE y EE.UU.

El ministro del Interior hizo ayer un ejercicio que muchos eurodiputados consideraron como bastante meritorio. Prometió que si se aplaza la votación sobre el acuerdo que firmaron como Consejo Europeo los países miembros bajo presidencia sueca, dentro de dos meses volvería con un mandato para negociar un nuevo acuerdo que intentaría recoger las aspiraciones que preocupan a los eurodiputados, como la protección de la intimidad de esos datos y, sobre todo, la reciprocidad con los datos de los ciudadanos norteamericanos.

Negociado por los suecos

«Si se interrumpiera el acuerdo, los ciudadanos europeos estarían al menos un poco menos seguros» les dijo Rubalcaba, que como responsable antiterrorista en España ha reconocido que esos datos han servido para investigar el atentado del 11-M en Madrid o para impedir otro en Barcelona. Estados Unidos se ha implicado por primera vez en un asunto con la Unión Europea y la secretaria de Estado Hilary Clinton ha pedido al Parlamento que ratifique este acuerdo.

El texto en cuestión es un acuerdo provisional de nueve meses negociado por la presidencia sueca y firmado en la noche del 30 de noviembre pasado, para evitar que la entrada en vigor del Tratado de Lisboa al día siguiente implicase al Parlamento en la definición de la negociación. Ese comportamiento irritó a la mayoría de los grupos políticos, pero puesto que de todos modos debía ser ratificado en la Cámara, la ponente del informe, la liberal holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, describió innumerables puntos del acuerdo que contradicen la legalidad europea sobre protección de datos y derecho a la intimidad.

La prueba de que el debate no logró cambiar las cosas es que en la reunión de los jefes de grupos que se celebró inmediatamente después no hubo una mayoría para pedir que el voto sea aplazado como pedía Rubalcaba. Así las cosas, lo más probable es que el acuerdo sea sometido hoy a votación como está previsto en el orden del día .

Jarro de agua fría

El resultado es difícil de prever, pero después de lo que pasó en la Comisión de Libertades, donde fue rechazado, nadie se atreve a apostar por un resultado favorable en el pleno. La diputada Hennis-Plasschaert dijo que en este momento «hay una mayoría de la Cámara dispuesta a rechazar el documento» y lo más probable es que el acuerdo sea rechazado, lo que caerá como un jarro de agua fría en la reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de Bruselas, donde el presidente permanente del Consejo, el belga Herman Van Rompuy, estrena precisamente sus atribuciones.

En caso de que se confirmen esos presagios, algunos expertos creen que el acuerdo puede seguir siendo aplicado, porque es un texto provisional y porque puede apoyarse sobre otros mecanismso legales que ya existen. Otros han aconsejado a la empresa «Swift» que deje de enviar los datos a las autoridades norteamericanas si no quiere tener que hacer frente a demandas de personas que consideran violados sus derechos.

En el campo político, sin embargo, lo peor que podría suceder es que Estados Unidos diera por fracasada esta experiencia de tratar directamente con la Unión Europea, y vuelva a los viejos acuerdos bilaterales con los países miembros.